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Misia Casilda salió, con paso resuelto, y tomó la calle de Moreno, rumbo al Este. Si él supiera, sería el primero en decirme que fuera a casa de Esteven, si no iba él en persona... ¡Cómo permitir que ese hombre se entere de la vergonzosa acción de Quilito! ¡ay, sólo de pensarlo, la cabeza se me va!... ¿Me recibirá Gregoria?

A pesar de las buenas disposiciones del Régulo de Butuam, Legazpi hizo rumbo para Cebú, donde quizá pensara vengar el asesinato de los españoles que acompañaban á Magallanes, pero vientos contrarios lo arrojaron á la costa de Dapitán, cuyos habitantes, boholonos en su mayor parte, agasajaron á los españoles con abundancia de provisiones y los proveyeron de prácticos que les guiasen á las islas inmediatas.

Que hasta el dia 9 se detuvieron por varios azares en el corto espacio de ocho leguas, que hay del pueblo al propio Volcan ó abertura, del cual salió el dia 10, rumbo casi á poniente, habiendo caminado en él ocho ó nueve leguas.

Pero una falta fundamental de su espíritu echó a perder dotes tan excelsas: Lope fué siempre incapaz de imponer rumbo fijo y permanente a su maravillosa actividad: juguete de la diversidad de impresiones que era susceptible de recoger su espíritu, sin que ninguna se grabara en él de modo permanente, nunca pudo seguir camino alguno con carácter definitivo.

Adolfo olvidó allá su perdida mujer, que no fuera, por cierto, un dechado de diligencia... De carácter tranquilo, acostumbrose pronto a la sosegada vida de un burócrata de aldea. Puso todo su empeño en el servicio del banco y encontró allí una distracción y un rumbo. Llegó así otra vez a comprender el bonheur de vivre y a amar la vida.

Cuando tomó aquella resolución, dijo a Pepe, dándole cuenta de su situación: «¡Cómo ha de ser! Vamos a seguir rumbo distinto: llegarás donde te lleve la suerte; en cuanto a ... soy hombre al aguaPepe demostró a su amigo que la desgracia no era fuerza bastante a quebrantar la ley que le tenía.

Se dio por enterada Nieves con un movimiento de cabeza sin volver la cara, y salió de la estancia. Su padre salió también, pero con rumbo opuesto, y se encerró en su despacho, en el cual escribió una muy extensa carta, que mandó más tarde al correo, con sobre dirigido «Al Sr. D. Claudio Fuertes y León, comandante retirado, en Villavieja». El ojo de Bermúdez Peleches

Los otros debían continuar su rumbo tranquilamente, sin preocuparse de la agresión. Si el buque de delante ó el que seguía á popa era torpedeado, no había que detenerse para darle auxilio. Los torpederos y «chaluteros» se encargarían de salvar á los náufragos, si resultaba posible.

A las diez llegué á la boca de una canal que sigue al NO, entré por ella y seguí siempre, y tenia mas caudal, pues de esta salen innumerables canales. A las doce llegué á donde se dividia en dos iguales, y viendo en la que seguia al NE unas tominas que estaban por ella, así por esto, como por seguir mejor rumbo que la otra, determiné seguirla.

¡Sufre, sufre, y por culpa mía! Ya voy a hacerme justicia, papaíto de mi alma; no nos volveremos a ver, pero Quilito no te dará más disgustos. ¡Adiós, papá, adiós! Atravesó el zaguán, abrió la reja y se fué por esas calles, sin rumbo.