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Razón tienen vms., dixo Candido; así me lo ha dicho mil veces el señor Panglós, y ya veo que todo está perfectísimo. Le ruegan que admita unos escudos; los toma, y quiere dar un vale; pero no se le quieren, y se sientan á la mesa. ¿No quiere vm. tiernamente?... , Señores, respondió Candido, con la mayor ternura quiero á la baronesita Cunegunda.

Y , por quien las musas aseguran Su partido, DON FELIX ARIAS, siente, Que por su gentileza te conjuran: Y ruegan que defiendas desta gente Non sancta su hermosura, y de Aganipe Y de Hipocrene la inmortal corriente. Consentiras tu á dicha participe Del licor suavisimo un poeta, Que al hacer de sus versos sude y hipe?

Y otras cosas, que me callo, que dejé por lo que tocaba a mi honra." "Y vine a esta ciudad, pensando que hallaría un buen asiento; mas no me ha sucedido como pensé. Canónigos y señores de la iglesia, muchos hallo; mas es gente tan limitada, que no los sacarán de su paso todo el mundo. Caballeros de media talla también me ruegan; mas servir con éstos es gran trabajo.

Y ellos dijeron: Doce. 20 Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos alzasteis? Y ellos dijeron: Siete. 21 Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis? 22 Y vino a Betsaida; y le traen un ciego, y le ruegan que le tocase.

Otros cohechan, importunan, solicitan, madrugan, ruegan, porfían, y no alcanzan lo que pretenden; y llega otro, y sin saber cómo ni cómo no, se halla con el cargo y oficio que otros muchos pretendieron; y aquí entra y encaja bien el decir que hay buena y mala fortuna en las pretensiones.

»¡Oh, Magdalena! ¡amada mía! ¡Qué bien retratan su alma esas palabras! »El doctor, en lugar de reprendernos, nos colmó de besos. Aquella pobre viuda, después de obtener informes de ella, quedó colocada en la granja de Maursan, en donde hoy hay tres corazones más que ruegan a Dios por el alma de nuestra querida Magdalena.

Y vine a esta ciudad, pensando que hallaría un buen asiento, mas no me ha sucedido como pensé. Canónigos y señores de la iglesia, muchos hallo, mas es gente tan limitada que no los sacaran de su paso todo el mundo. Caballeros de media talla, también me ruegan; mas servir con éstos es gran trabajo, porque de hombre os habéis de convertir en malilla y si no. «Andá con Dios» os dicen.

Siempre tenemos razones para amar a nuestro padre, y Dios lo es para los que le ruegan, para los que tienen confianza en

BENITO. ¡Véngase, cuerpo de tal, conmigo! Bueno sería que, en lugar de habernos venido a holgar, quedásemos aquí hechos plasta. ¡Téngase, señor Sancho, pesia a mis males, que se lo ruegan buenos! CAPACHO. ¿Veisle vos, #Tostado#? JUAN. Pues ¿no le había de ver? ¿Tengo yo los ojos en el colodrillo? Pues en verdad que me tengo por legítimo y cristiano viejo.

Sígame, pues, el que quisiere, que yo os suplico, y Carino y Solercio os lo ruegan, que bien que no me han de dejar en esta valerosa empresa."