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Además, desde la instalación de madama Scott en el castillo, Loulou tenía siempre varios terrones de azúcar. El abate Constantín se había hecho gastador, pródigo; sentíase millonario, y los terrones para el caballo de Juan, eran una de sus locuras. Un día casi le dirigió a Loulou su eterno discurso. Esto procede de las nuevas castellanas de Longueval. Rogad por ellas esta noche.

UN CAMPESINO. Pero, ¿cómo ocurrió eso, señor? Porque se había dicho que ustedes hundieron su tartana. EL MARINO. Y es cierto, compadre, pero acto continuo reapareció a nuestra popa, cubierta de llamas y con más de diez mil demonios encima que lanzaban fuego por boca y ojos. MUCHAS VOCES. ¡Virgen santa! ¡rogad por nosotros!

1 Y después de estas cosas, señaló el Señor aun otros setenta, los cuales envió de dos en dos delante de , a todas las ciudades y lugares a donde él había de venir. 2 Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. 3 Andad, he aquí yo os envío como a corderos en medio de lobos.

Os habéis arreglado con la loca para engañarme. Aunque finjáis estar triste y asustada, interiormente, ¿verdad?, estáis contenta. El dinero que Federico os ha dado o prometido, os indemnizará de los resultados de vuestra vil traición. Marchaos, salid del castillo, y esperad delante de la puerta vuestros bagajes. Suplicad y rogad cuanto queráis; no volveréis a poner los pies en el castillo.

22 Arrepiéntete pues de ésta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te será perdonado este pensamiento de tu corazón. 23 Porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. 24 Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por al Señor, que ninguna cosa de éstas que habéis dicho, venga sobre .

Todos tuvieron su parte, los pobres que confesaban su miseria y los que la ocultaban, yendo cada limosna acompañada del mismo pequeño discurso. Esto proviene de los nuevos dueños de Longueval: dos americanas, madama Scott y miss Percival. Retened bien sus nombres y rogad por ellas esta noche.

7 Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice traspasar, y rogad por ella al SE

Que os vais, y rogad á Dios Que enfrene vuestros deseos, Y al Castañar no volváis, Que de vuestros desaciertos No puedo tomar venganza, Sino remitirla al cielo. Yo lo pagaré, García. No quiero favores vuestros. No sepa el conde de Orgaz Esta acción. Yo os lo prometo. Quedad con Dios.

Perdonadme, fermosas damas, si algún desaguisado, por descuido mío, os he fecho, que, de voluntad y a sabiendas, jamás le di a nadie; y rogad a Dios me saque destas prisiones, donde algún mal intencionado encantador me ha puesto; que si de ellas me veo libre, no se me caerá de la memoria las mercedes que en este castillo me habedes fecho, para gratificallas, servillas y recompensallas como ellas merecen.

38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. 2 Y los nombres de los doce apóstoles son éstos: el primero, Simón, que es llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; 4 Simón el cananeo y Judas Iscariote, que también le entregó.