United States or Ghana ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ha sido Yégof, el loco Yégof dijo Jerónimo, cuyos ojos grises, rodeados de profundas arrugas y cubiertos de espesas cejas blancas, parecieron fulgurar en las tinieblas. ¡Ah! ¿Estás seguro?... La gente de Labarbe le ha visto subir cuando conducía a los otros. Los guerrilleros se miraron con indignación.

Tenía una palidez cenicienta y sus ojos eran más grandes que nunca, rodeados de aureolas azuladas y dolorosas. Rompió á llorar al enterarse de que su marido aparecía todas las noches en un cinema, después de haber muerto hacía un año. ¿Cómo puede ser eso?... Su asombro era tan grande, que cortaba su llanto.

Una gran piedra ha hecho determinar una curva á la corriente, lanzando á ésta contra otra orilla, formando una brusca sinuosidad, y así gradualmente se ha cavado un cauce según su capacidad: más arriba, ramas encadenadas; hierbas y piedras, han servido de punto de apoyo para formar uno ó varios islotes rodeados de cauces tortuosos llenos de arena hermosamente blanca.

A los dos les parecía vivir en otro mundo, rodeados de las incoherencias de una pesadilla. ¡Ellos teniendo que preocuparse del dinero, que había sido hasta entonces algo natural en su existencia, como lo es para todos el sol, el aire ó el agua; viéndose obligados á perseguirlo en su fuga por caminos que desconocían!... No, esto no era lógico: un breve capricho del destino.

¡Cuan hermosos resultan, esos hombres de la naturaleza, cuando á la desembocadura de los ríos, y más heroicos aun en plena mar, se aventuran en su débil esquife sobre las grandes olas, donde tan pronto parecen sepultados bajo las aguas como reaparecen rodeados de espuma! ¡Y cuán abnegados y honrados son estos buenos bárbaros, y qué profunda y grata impresión dejan en el cansado viajero que ha recibido una sola vez hospitalidad en su cabaña!

Cuando Baldomero regresó a unirse con los viajeros, éstos habían terminado la operación de lavarse y de telegrafiar a las familias y se encontraban rodeados de amigos de Melchor que le acribillaban a cumplimientos y a preguntas. ¡Caballeros! exclamó Baldomero los que quieran noticias pueden ir al telégrafo... estos señores vienen a divertirse y no a contar cuentos.

En el aire vibran aún los chirridos de los carros, los gritos de las mujeres, los golpes de las mazas. , ; nuestros enemigos descendieron de las alturas y nos vimos rodeados. Y ahora, todo ha muerto; oíd, todo ha muerto; vuestros huesos reposan, pero vuestros hijos llegan, y el día de la venganza volverá. ¡Cantad! ¡Cantad!

Figuraos rodeados de una dilatada planicie como de blanca ceniza, siempre solitaria, arena equívoca cuya falsa suavidad constituye el lazo más peligroso. Es y no es la tierra, es y no es el mar, ni tampoco es dulce el agua, aunque por debajo los arroyuelos trabajen el suelo incesantemente. Raras veces, y sólo por cortos instantes, una embarcación se aventuraría en aquellos sitios.

Estaban rodeados de silencio y misterio; nadie los había gustado, nadie los conocía siquiera más que ella; la misma mano que había dejado caer en su corazón el bálsamo de la felicidad ignoraba en absoluto su bienhechora influencia. Este pensamiento la llenaba de íntimo gozo, que hacía asomar a sus labios descoloridos una sonrisa.

Aunque les obligaron a acostarse algunas horas, el sueño no cerró sus párpados ni un instante. Al amanecer estaban en pie, con el semblante descompuesto, los ojos hundidos y rodeados de círculo oscuro, testimonio de su acerbo padecer. Y otra vez emprendieron aquel fatídico calvario por las calles, recorriendo las oficinas de policía, el juzgado de guardia, las casas de los conocidos.