United States or Germany ? Vote for the TOP Country of the Week !


Relegado insensiblemente a segundo término lo que daba margen al coloquio, el cura y la muchacha conversaban amigablemente, depurando, casi sin saberlo, lo que de terrenal tenía el comienzo de su diálogo. Nunca bastardeó aquellos dulces esparcimientos cosa rayana en lo ridículo; que ni la candidez de la mujer tocaba en la sensiblería, ni la discreción del hombre llegaba a parecer afectación.

Lo peor era que no podía enfadarse sin ponerse en ridículo. No se puede provocar a un caballero para obligarle a que nos invite. Había que tascar el freno en silencio mientras el hábil diplomático ocupaba al lado de Eva el sitio reconquistado.

En cuanto al de maese Marner parecía singular, y se habían conocido casos en que un hombre, después de haberse causado a mismo algún daño, había después requerido al juez para buscar al autor. El señor Macey, bien que tomara la defensa de Marner contra toda sospecha de superchería, ponía también en ridículo la idea de la caja de yesca.

El método de la experimentación debía de extenderse a la literatura también; los poemas y novelas debían ser estudios de casos patológicos; la poesía una clínica social del animal humano. Sin dos cursos de anatomía, uno de patología quirúrgica y algunas nociones de química orgánica, D. Pantaleón sostenía que era ridículo pensar en hacer versos.

De éstas no sabe más que lo que a la suya se refiere, y como ésta no ve mucho más allá de sus narices... de ahí que... ¡tente pluma! ¿Cómo es posible que un hombre de tan corta vista logre entender que el fin moral de la tragedia es purgar nuestras pasiones por medio de la compasión y del terror, mientras que el de la comedia es corregir nuestros vicios por medio del ridículo?

Dios no ha creado el mundo malo, sino bueno. Fue el primer hombre quien se acarreó todos los dolores con su desobediencia. ¡Ah, ! El mito de la manzana. Yo no le creo a usted capaz, señor excusador, de un capricho tan ridículo. ¿A qué conducía el reservar esa manzana, sobre todo conociendo el carácter caprichoso de Eva y la debilidad de Adán por ella?

Si no fuese porque es un poco ridículo, diría que seguía requebrándome. Declaro que me iba aburriendo y que me distraía de un modo lamentable. Muchas veces mis respuestas eran incongruentes. Bostezaba escandalosamente, y llegué en ocasiones a dar cabezadas de sueño. Pero Joaquinita ni se enojaba ni cedía.

Organizaba y llevaba a cabo el rapto de la virgen con una astucia que para la quisieran muchos tenorios mundanos. Los lectores así lo comprendieron. Se comentó y rió no poco el dañino suelto. Al verse de aquel modo en ridículo, el excusador, que tenía un temperamento susceptible y bilioso, como todos los artistas, se enfureció terriblemente.

No morirá usted de cornada de burro, pero puede morir de topetada de negro. Esté sobre aviso. Pedro Lobo quedó bramando de coraje. Hallaba ridículo que le amenazasen con la carnerada, y más ridículo aún que él la temiese. Pedro Lobo, no obstante, la temía, aunque trataba de disipar el temor y de ocultarle a su propia conciencia.

Mostráronse alegres de tal solución en apariencia, pero cada cual se separó por su lado, y aquella tarde en el Saloncillo Peña reprendió ásperamente a don Feliciano por su conducta. Llegó a afirmar que le había puesto en ridículo y que si no fuese porque se trataba de un amigo antiguo y persona de más edad que él, «le exigiría una jeparación».