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Aman al escondite. ¡Y verlos hablar quedito y de rezado! ¡Pues sufrir una vieja que riñe, una portera que manda y una tornera que miente! Y lo mejor es ver cómo nos piden celos de las de acá fuera, diciendo que el verdadero amor es el suyo, y las causas tan endemoniadas que hallan para probarlo.

Era la difunta Correa; no podía ser otra, ¡Aquellos ojos!... ¡Aquel niño que la acompañaba!... Se quitó el sombrero con la misma expresión reverente que cuando había rezado ante su tumba. ¿En qué puedo servirla, señora? dijo . ¿Qué desea de ?... La mujer permaneció muda, y sus ojos redondos, de un ardor obscuro, le miraron fijamente.

Habíase mientras tanto rezado el rosario, y un jesuita subía en aquel momento al púlpito, para exponer la meditación que correspondía, según el orden establecido en los Ejercicios de san Ignacio.

Yo puse cuidado en todo, y eché la primera loa en el lugar; era de una nave de lo que son todas que venía destrozada y sin provisión; decía lo de: "Este es el puerto"; llamaba a la gente senado; pedía perdón de las faltas y silencio, y éntreme. Hubo un vítor de rezado, y al fin parecí bien en el teatro.

Mientras no sea cadáver, esperanzas ha de haber, aunque digan los médicos lo que dijeren. Si la Virgen lo manda, los médicos se van á hacer puñales.... Otra: anoche me quedé dormida rezando, y me pareció que la Virgen bajaba hasta delantito de , y que me decía que con la cabeza... Otra: ¿no ha rezado usted? , mujer; ¡qué preguntas haces! Voy á decirte una cosa importante. Verás

¡Y lo digo, Perico, lo digo! repuso gravemente el viejo . La alcanzan, , por cierto... Y en ti mismo lo ves ahora..., porque las habrás rezado... ¡, padre, ..., siempre, siempre! Y se las enseñé a Monina... Ni una noche las dejé, aunque hubiese...

Jamás me había parecido la majestad de Dios tan imponente, ni le había rezado con más fervor que entonces, mientras andaba yo de puerta en puerta mirando y escuchando, sin ver ni oír más que la insondable negrura de la noche, el incesante bramar del Nansa, que, más que ruido, parecía la respiración del silencio y los latidos descompensados de mi corazón.

Si al amanecer ha aumentado la postración y no veo yo síntomas claros de que esto se desenrede... hay que determinarse. Ya puede usted ir rezando al bendito San Ramón, señor capellán. ¡Si por rezar fuese! exclamó ingenuamente Julián . ¡Apenas llevo rezado desde ayer!

Hubo un vítor de rezado, y al fin parecí bien en el Teatro.

Debe de llegar en la Bella-Paula, que ha salido ya de Liverpool. ¡Oh! Entonces aquí lo tenemos mañana o pasado... ¿Habrás rezado mucho a la Virgen de las Tormentas, verdad? ¡Una novena nada menos la ha hecho! Hace días que están seis cirios ardiendo delante de la imagen dijo Venturita. Cecilia se puso aún más colorada y sonrió.