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Ya te he dado la escarcela, Roger, continuó impávida la baronesa, para evitar que tu señor se quede sin blanca desde los primeros días de marcha. Mucho cuidado con el dinero. Los borceguíes bordados de oro son exclusivamente para el día que el barón se presente á nuestro gracioso soberano, ó al príncipe su heredero, y para las reuniones de los nobles.

Usted que ha viajado tanto y es un héroe, ilústreme con su experiencia... ¿Qué opina usted del amor? Pero la poetisa, á pesar de sus ojeadas tiernas y miopes, vió que Robledo huía murmurando excusas, como si le asustase una conversación iniciada con tal pregunta. Elena le rogó semanas después que asistiese á una fiesta dada por la condesa. Son reuniones muy originales.

Los marqueses de L *, a quienes también ella profesaba aversión, cuando no estaban en el poder daban reuniones allá en su finca de la Mancha y ofrecían espléndido buffet a sus electores: cuando el marqués era ministro daban también reuniones, pero suprimían el buffet.

Es cierto que he asistido a reuniones donde se conspiraba contra el impío gobierno que hoy existe y que he procurado con mi torpe palabra alentar a los conjurados al combate, y es cierto igualmente que he bordado el estandarte y otras prendas para los defensores de la fe.

Como la soledad me entristece, he ido a reuniones y tertulias, pero nunca he pretendido salir de la colonia ibero-americana. Y aun dentro de esta colonia no he sido asidua en el trato ni he intimado mucho, sobre todo con mujeres.

4 de Abril. La monotonía de mi vida en este lugar empieza a fastidiarme bastante, y no porque la vida mía en otras partes haya sido más activa físicamente; antes al contrario, aquí me paseo mucho, a pie y a caballo, voy al campo, y por complacer a mi padre concurro a casinos y reuniones; en fin, vivo como fuera de mi centro y de mi modo de ser; pero mi vida intelectual es nula; no leo un libro ni apenas me dejan un momento para pensar y meditar sosegadamente: y como el encanto de mi vida estribaba en estos pensamientos y meditaciones, me parece monótona la que hago ahora.

Pensando siempre en él, recordaba las reuniones, los bailes, los paseos, todas las ocasiones que había aprovechado, solícito, para acercarse a ella y expresarle sus sentimientos. Después de agotar estos recuerdos, formaba proyectos para el porvenir; pero, cuando imaginaba lo que sería su existencia si el destino los unía, no se representaba más que fiestas, viajes, diversiones de todas clases.

Nos contentábamos con dar grandes paseos a pie, y admirar las puestas de sol; eran magníficas, ¿no es verdad, Diana? Confieso que no tengo el alma tan poética como , querida mía, y que soy menos sensible a las bellezas de la Naturaleza. Yo hubiese dado de muy buena gana toda aquella belleza por una sola de nuestras buenas reuniones del Casino. Un movimiento se produjo en el salón.

Mi cuñado y ella se veían en Mâcón en las reuniones de familia, y aun se conservan en amistad sincera y constante. Mi cuñado es un hombre de mucho mérito; puede decirse que es un sabio, porque escribe con talento, posee grandes conocimientos científicos, y es consultado por los principales políticos del departamento.

Y después de haber nombrado al hijo de la casa, volvía a insistir sobre los amigos de su Rafael, todos gente distinguida, chicos de grandes familias, que asistían a sus reuniones y organizaban fiestas con las que se pasaba alegremente el tiempo. Esta época, amigo Antonio, es muy diferente de la nuestra. Ahora, a los veinte años se sabe mucho más y se conoce la vida.