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Este cargo de aposentador obligó al autor de Las Lanzas a ocuparse en cosas tan importantes como dictar órdenes para la limpieza de los patios y corredores, «suprimir un guarda negro que había cerca de la Cámara de la Reina», dar informe sobre hasta dónde llegaban las atribuciones de los sota-ayudas de la furriera y mozos de retrete, y preceder al Rey cuando salía al Pardo, El Escorial y Aranjuez.

Lo primero es prevenirse; me ha dicho que en aquel retrete hay armas, armémonos. Quevedo tomó una bujía de sobre la mesa y se dirigió á una puerta situada á un extremo de la cámara, la abrió y entró.

Y estando haciendo semejantes estremos y lamentaciones, entró un diablejo zurdo, mozo de retrete de Satanás, diciendo que Satanás su señor le besaba las manos ; que había sentido la bellaquería que había usado el Cojuelo; que él trataría de que se castigase, y que entre tanto se quedase él sirviéndole en su lugar.

El cementerio era literalmente un jardin: jardin admirablemente armonioso de flores, cruces y sepulcros. ¿En dónde tienen mejor cabida las flores, si no es en las cunas y los cementerios, en los altares y en el casto retrete de la mujer virtuosa y amante?... La poblacion de Unterwalden es católica en su totalidad

Tocábale también ofrecer, sobre un azafate, la golilla y el lienzo de narices, acercar el orinal que presentaba el mozo de retrete, y sostener la cajeta de instrumentos cuando el cirujano curaba al Conde una antigua fuente del muslo.

Fecha en la ciudad de Granada a 31 días de Agosto de 501 años. Yo el Rey. Yo la Reina. Por mandado del Rey e de la Reina, Gaspar de GricioCuando llegó Colón al puerto del Retrete en el cuarto viaje, después de reconocer las costas de Mosquitos y de Veragua, le hostilizaron los indios, osando llegar hasta cerca de los navíos, que estaban con el bordo en tierra.

Pero al llegar á las escaleras, el paje dió un grito, avanzó, cayó rodando por las escaleras, y con él la fuente de plata. El bufón se retiró precipitadamente, fué á su aposento y se puso á rezar por el alma del paje. Pasó mucho tiempo sin que nadie subiese por las escaleras por donde el paje había caído. Al fin subió una moza de retrete. La escalera era obscura.

Nucha, con andar automático, salió del retrete formado por el biombo y se acercó a la ventana, haciendo seña a Julián de que la siguiese. Y, demudados ambos, se contemplaron algunos minutos silenciosamente, ella preguntando con imperiosa ojeada, él resuelto ya a engañar, a mentir.

Creían entonces en los duendes como se creía en los artículos de fe, y por creer en ellos doña Guiomar, imaginósela que, tal vez, no el hombre que amaba en carne y hueso era el que se la había aparecido en su retrete, sino una apariencia de él, tomada por algún duende maligno; y espantose y pareciola que detrás de cada tapicería se movía un duende travieso, y que las figuras de los lienzos que las paredes poblaban tomaban extrañas y espantables cataduras, y que de todos los ángulos de la sala surgían trasgos y fantasmas; y como tenía la imaginación muy viva, porque era andaluza, venida de las Indias, asustose de tal modo, que al familiar se asió como si hubiera creído que agarrándose a una parte de la Inquisición, por exígua y mezquina que fuese, a ella no se atreverían duendes, trasgos, ni espectros.

La ya mencionada puertecilla de la sala de Recibo conduce á un diminuto é irregular aposento, que es aquel retrete ó gabinetillo de que ya he hablado también, en que apenas cabe una cama, y donde durmió Felipe II la última vez que estuvo en Yuste, en señal de respeto..... ó miedo á las habitaciones que habían sido de su difunto padre. ¡Curioso fuera saber lo que pensó allí el hombre del Escorial durante las dos noches que pasó, como quien dice, emparedado cerca de la cámara mortuoria de Carlos de Gante!