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Se incorporó, y al tender su vista de un extremo á otro de la embarcación, no pudo retener un grito de sorpresa. Se llevó una mano á los ojos, restregándoselos para ver mejor. Estaba solo. Noche de misterios y despertar asombroso No pudo comprender la desaparición de sus compañeros. Es más: presintió que este misterio no lo aclararía nunca.

El pasado, duro y cruel, la infancia del hombre, apenas despojada de su primitiva animalidad, acampaba a las puertas de una villa moderna. Zaratustra procuraba retener al joven. Le era doloroso privarse de una charla en la que podía lucir su ciencia. ¿Ves qué sol tan hermoso? dijo . Pues tendremos lluvia antes de que acabe la semana. Se mojará el Entierro de la Sardina.

Nicolasa, no obstante, como todas las mujeres frías, pensadoras y traviesas, había sabido retener en sus redes, en este crepúsculo de amor, que califican de platónico, á varios suspiradores perpetuos, de los que llaman en Italia patitos. Uno, sobre todo, pudiera servir de ejemplo portentoso por su pertinacia, resignación y fervor en las incesantes adoraciones.

La sirvienta pensaba con razón, que el señor podía haber notado su ausencia, que la niñita podía haber llorado, que Blanca podía haber regresado del club; pero el negro, rumboso al fin, como todos los de su clase, quería concluir la noche con una cena en un café de la vecindad y porfiaba por retener a su mascarita.

Las ovejas, acometidas súbito de agitación insana, se pusieron a saltar y encabritarse cual si escuchasen los sones de un caramillo encantado. Ni las pedradas ni los halagos lograron retener a una gran parte de ellas.

Yo, que considero un robo inicuo la usurpación de los bienes de la tierra por una minoría de privilegiados, no puedo retener a sabiendas un bienestar que pertenece por derecho natural a una criatura infeliz. Únicamente podría disfrutarlo compartiéndolo con ella. Esteban se había puesto de pie, con ademán desesperado. Pero ¿estás loco, Gabriel? ¿Quieres dejarme? ¿Y lo dices con esa tranquilidad?

»Yo aprendía el francés con alguna facilidad; pero el alemán, aunque era el especial cuidado de mi tío, me disgustaba sobremanera y tenía que violentarme, y ni aun así lograba retener en mi memoria una sola palabra de aquel idioma, que yo calificaba de bárbaro. Por último, rogué a Teobaldo que cesasen las lecciones, consintiendo él en ello, pero a condición de que se lo advertiría a mi tío.

Pasé a su lado como una exhalación, y encontré a mi hermana tendida en el suelo, sin conocimiento, con la cabeza sobre las rodillas de mamá. ¿Qué le han hecho ustedes a Marta? grité dejándome caer de rodillas junto a ésta. Nadie me contestó. Mamá, desatinada, se retorcía las manos, y papá se mordía el bigote, sin duda para retener las lágrimas.

Sería la última degradación á que podía sentenciarme vuestra debilidad, el que yo no pudiese retener una de mis meninas en mi servidumbre. A propósito; es ya demasiado mujer para menina, y voy á nombrarla mi dama de honor. ¡Y quién lo impide! Nadie... pero os lo aviso. Enhorabuena: decid á doña Clara que yo la regalo el traje y el velo y aun las joyas, para cuando tome la almohada.

Los muebles de la casa fueron embargados, y salieron en busca de más seguro domicilio las imágenes y santicos, juntamente con los toreros. Tres o cuatro puestos del Rastro lucieron durante una semana parte muy principal del ajuar de la Pimentosa, que sólo pudo retener lo indispensable para no pedir un hueco en San Bernardino, fundado por Pontejos en aquel mismo año.