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Y con ansia febril repasaba en su interior los nombres de todas las píldoras conocidas y hacía esfuerzos inauditos para grabar en la memoria la calle de Rebollo y el número 68. ¿Chismes? exclamó fuera de la Valdivieso . ¿Y también es chisme lo del viaje... con el ayuda de cámara, por supuesto?...

Repasaba en su memoria todos los objetos, sin que uno solo escapase á este inventario mental. Cosas que había olvidado resurgían ahora en su recuerdo, y el miedo á perderlas parecía darle mayor brillo, agrandando su tamaño, infundiéndolas nuevo valor.

Ana, contenta de que la dejasen sola, de que la creyesen dormida o en sopor, repasaba en su conciencia aquellos pecados de que quería acusarse; era relator la memoria, fiscal la imaginación, y poco a poco, según las olas de salud subían en su marea, la enferma, perdido el terror con que despertara, oía la acusación con dulce curiosidad creciente; la idea del infierno se desvanecía, como mueren las vibraciones de una placa, lejos ya de las sensaciones de asco y terror; aquellas culpas recordadas, que eran la vida, la realidad ordinaria, pasaban por el cerebro de Ana como un alimento, daban calor, fuerza al ánimo, y, sin que el remordimiento se extinguiera, el relato adquiría más y más interés.

Liette repasaba sin descanso las migajas de dicha escapadas de la mano avara del Destino, ya que estaba destinada a no sentarse nunca al festín de los dichosos. Su carácter leal y firme defendíale las lamentaciones estériles y las vanas recriminaciones. Lejos de achacar culpas a Raúl, hubiérale buscado excusas si él las hubiera necesitado a sus ojos; pero, lejos de vituperarle, le aprobaba.

La tía Alcaparrona también bebió, y su hijo, que al fin había conseguido agregarse al cortejo del amo, pasaba y repasaba ante éste, enseñándole la dentadura caballar con la mejor de sus sonrisas. Dupont peroraba tremolando en alto la botella. Venía para invitar a su comilona a todas las muchachas de la gañanía, pero sólo a las guapas.

En la mañana del Corpus, la primera persona que vio Gabriel al salir al claustro fue don Antolín, que repasaba sus talonarios, alineándolos sobre el borde de piedra de la balaustrada. Hoy es un gran día dijo Luna queriendo halagar al Vara de plata . Se prepara el gran ingreso: vendrán forasteros. Don Antolín miró a Gabriel fijamente, como dudando de su sinceridad.

Pero yo no escuchaba los consejos de don Román, y repasaba las páginas más elocuentes de Chateaubriand, los versos más dulces de Lamartine, y me aprendí de memoria las mejores escenas del «Hernani», en una colección de comedias, traducidas por no quién.

Cuando pensaba así, oyó el Magistral a su espalda, detrás del árbol en que se apoyaba, al otro lado del seto, una voz de niño que recitaba con canturia de escuela «Veritas in re est res ipsa, veritas in intellectu...» Era un seminarista de primer año de filosofía que repasaba la primera lección de la obra de texto, Balmes.

Repasaba, pues, al piano Susana la sonata de Beethoven, en el saloncito de música, y pensaba en su empresa y en su primo. ¿Eran las tres, las cuatro, las cinco? No lo sabía; debía ser tarde, porque después del almuerzo, se puso a copiar unos documentos de don Bernardino con su letra clara y redonda, y esto le tomó mucho tiempo.

Ana, durante las horas del calor, que ya era respetable, subió a su gabinete, y después de leer un poco, tendida sobre el lecho blanco, se acercó al escritorio de palisandro, y hojeó su libro de memorias. Siempre hacía lo mismo; antes de empezar a escribir en él repasaba algunas páginas, a saltos.... Leyó la primera que casi sabía de memoria. La leyó con cariño de artista.