United States or Tajikistan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ni siquiera das ese consuelo a la infeliz replicó Antoñona . sacrificas voluntariamente en el altar a esa mujer que te ama, que es ya tuya; a tu víctima: pero ella, ¿dónde te tiene a ti para sacrificarte? ¿Qué joya tira por la ventana, qué lindo primor echa en la hoguera, sino un amor mal pagado? ¿Cómo ha de dar a Dios lo que no tiene? ¿Va a engañar a Dios y a decirle: «Dios mío, puesto que él no me quiere, ahí te lo sacrifico; no le querré yo tampocoDios no se ríe: si Dios se riera, se reiría de tal presente.

Mientras Garabato le ofrecía un vaso de agua, el matador miró a los palcos, encontrándose con los ojos de doña Sol, que le habían seguido hasta su retiro. ¡Qué pensaría de él aquella mujer! ¡Cómo reiría en compañía de su amigo, viéndole insultado por el público!... ¡Qué maldita idea la de aquella señora de venir a la corrida!...

Tan pronto miraba su persona como su sombra corriendo por la pared, larga, angulosa, doblándose en las esquinas del muro. «¡Ah!... Jacinta, yo te quisiera ver casada con este... Entonces me reiría, me estaría riendo tres años seguidos». Maximiliano se desnudaba para acostarse. Al quitarse el chaleco, salían de las boca-mangas los hombros, como alones de un ave flaca que no tiene nada que comer.

Sin embargo, yo en su caso me iría de este país por una temporada hasta que nos hubiésemos partido á Madrid. Cuando volviera á verme el año que viene, le doy mi palabra de que se habría deshecho la diosa de la Grecia y de que usted se reiría grandemente de mismo. Haga la prueba y lo verá. De D. Primitivo Alonso á M. Baltasar Alonso. 27, rue des Feuillantines. Paris.

Señora condesa, yo a ser usted me reiría de don Diego y de las mortificaciones de cuantas marquesas impertinentes peinan canas y guardan pergaminos en el mundo. ¡Ah, Gabriel; eso puede decirse; pero si comprendieras bien lo que me pasa! exclamó con pena . ¿Creerás que se han empeñado en que mi hija no me tenga amor ni cariño alguno?

Sin saberlo, el Marquesito le hacía daño cada vez que le hablaba de tal asunto y le proponía planes de ataque y medios para entrar en la plaza por sorpresa. «¿Cuándo había necesitado él, Mesía, socorros por el estilo? ¿Cuándo había permitido a nadie saber el cómo y a qué hora vencía a una mujer?... ¡Y esta señora le humillaba así! ¡Cómo se reiría de él Visita, aunque lo disimulaba; y el mismo Paco! ¿qué pensaría? ¡Ah Regenta, Regenta, si venzo al fin!... ¡ya me las pagarás!». Pero ya no esperaba vencer; lidiaba desesperado.

Ahola no... teta caca... cosa fea... Ambos se divertían con tales simplezas. Era un medio de entretener el tiempo y de expresar su cariño. Toma teta díjole Jacinta metiéndole un dedo en la boca; y él se lo chupaba diciendo que estaba muy rica, con otras muchas tontadas, justificadas sólo por la ocasión, la noche y la dulce intimidad. ¡Si alguien nos oyera, cómo se reiría de nosotros!

Un tribunal de Filipinas tiene más bambalinas, bastidores y telares que el mejor provisto teatro, y hay Gobernadorcillo que se reiría de compasión al enterarse de lo atrasados que en esta materia están los anfitriones de Fornos. ¡Si ellos tuvieran un Fornos qué no harían! El Alcalde había vuelto á sus respectivas bangas todos los canutos, diciendo con voz solemne.

No moriréis de cansancio, es verdad; cualquier obrero de las ciudades reiría de lo poco fatigosos que son vuestros oficios; pero languidecéis de miseria. En ese claustro se encuentran los mismos niños anémicos de los barrios obreros. Veo lo que coméis y lo que cobráis.

Hubiera querido hablar de su padre, de su bondadosísimo padre, a quien tanto había amado; de buena gana hubiera recordado también los pormenores de su infancia, por más que en ella la brigadiera no desempeñase un papel muy grato; dispuesto estaba a olvidar todas las heridas, todos los desdenes y acordarse únicamente de los cortos momentos de dicha que había disfrutado; hasta los castigos de su madrastra adquirían, con la velada luz de los años, y al través de la súbita ternura que se había apoderado de él, un aspecto maternal que borraba su injusticia; por su gusto se reiría, trayéndolos a cuento como hacen algunas veces los hijos cariñosos después que llegan a hombres.