United States or Egypt ? Vote for the TOP Country of the Week !


A las diez se retiró a su casa, y las dos amigas quedaron solas. Alentada entonces doña Manolita con lo bien que su primera broma había sido tolerada, y tal vez agradecida como lisonja, en el fondo del alma de la hija del marqués, cayó en la tentación de aventurarse a dar otra broma bastante menos ligera. Sin reflexionarlo mucho, dijo, pues, de este modo: ¡Ay! ¡Hija!

Al oír esto y ver a Lorenzo que se tomaba la cabeza con ambas manos, Melchor se levantó de la mesa, en la que acaso había bebido demasiado, y dando en ella un puñetazo dijo poco menos que a gritos: Con todos tus gestos de ridículo reproche y con todos tus desplantes de moralista recién llegado, , no serías capaz de explicarme satisfactoriamente esta difundida predilección por la madre... este miserable afán de posponer al padre, invariablemente, en el orden de nuestros afectos... esta, cobarde fórmula que la noción del adulterio impone en los espíritus bajos... Habla... te callas, ¿eh?... Y quizás te callas porque empiezas a comprender que te has vinculado, sin reflexionarlo ni un instante, a esa agraviante predilección por la madre que sólo se explica por medio de un raciocinio repugnante: ¡amo a mi madre, sobre todas las cosas, porque tengo la certeza de que soy su hijo!

¿Y entonces qué haremos? No lo todavía; es preciso reflexionarlo. Por otra parte, acaso no sea por Federico por quien sepamos donde está la señorita Guichard ... Tu mujer es muy capaz de burlar la vigilancia de Clementina y escribirte ... El joven movió tristemente la cabeza. ¿Cómo ha consentido en acompañarla? ¡Buena es esa! ¿Sabes cómo habrán pasado las cosas?

Afirman muchas personas, en mi sentir sin reflexionarlo bien, que la moralidad de las narraciones fingidas consiste en que la virtud triunfe y en que el vicio sea castigado; pero, si bien se recapacita, semejante moralidad no es de buena ley.

A decir verdad no ocultaré que casi me avergüenza el pensar que el dolor del padre ha sido más intenso y más mortífero que el del novio, pero al reflexionarlo con detención pienso que quizá no es cosa tan admirable, el sucumbir de pena, como el vivir en la viudez solo, grave y resignado, tratando con generosa, bondad a los demás hombres, tomando parte en sus actos sin menospreciarles, y en sus ideas sin que ejerzan en el ánimo influjo alguno.

Lo que no se explicaba es que don Braulio no tratase de vengarse del Condesito de cualquier modo que fuese. Entre tanto, ¿qué iba él a hacer, qué iba a decir en casa de doña Beatriz? Después de reflexionarlo, formar varios planes y componer mentalmente varios discursos, determinó dejarse guiar de la inspiración del momento e improvisarlo todo. Así llegó a casa de don Braulio.

Y dime, hermana, ¿no pudiera ser que, sin reflexionarlo, y en virtud de ese instinto, más inspirado y menos falible que la reflexión, mirase a veces una soltera boba tan bien o mejor que las más hábiles casadas? Todo es posible. El ingenio lo puede todo. Voy, no obstante, a indicarte los tres principales escollos en que puedes tropezar si te pones a mirar a los hombres.

Entonces, en estos diálogos a solas, sin reflexionarlo ni él ni ella, sin que fuese circunspección estudiada, lo cual implicaría un temor de que ambos se veían exentos, sino por instintiva, inocente y santa delicadez, por pudor inconsciente, por recato santísimo del corazón, jamás hablaban de sus propias personas, ni de lo íntimo de las almas, aunque fuese en general, sino de la pompa exterior del material universo, y de la armonía, riqueza y orden que le adornan, proclamando la bondad, el poder y la sabiduría de quien le sacó de la nada.

Le aseguro por mi honor, que me ultraja. Tenga á bien reflexionarlo. Sus suposiciones no reposan sobre ninguna verosimilitud. Yo no he podido preparar de ninguna manera la perfidia de que me acusa, y sobre todo, aunque lo hubiera podido, ¿cuándo le he dado el derecho de creerme capaz de ello? Todo cuanto de usted me da ese derecho exclamó cortando el aire con su látigo.