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En dándole dinero abundante para satisfacerla, ya todo le era igual... Pero vamos al caso: sea Simón lo que fuere y valiendo lo que vale como inteligente administrador, no basta él para lo que hay que hacer aquí; porque ese milagro no ha de hacerse sólo con inteligencia, sino también con buenos puntales y con cierto interés... En una palabra, hija mía: en esta casa se necesita un hombre, rico, muy rico, que reemplace, no a Simón, sino a tu padre, en la dirección de ella... ¿Me comprendes bien?

No en todas las regiones que formaban antes el inmenso imperio español se halla a mano para desechar el habla de Castilla otra lengua viva aún, o algún dialecto que la reemplace, como sucede en Cataluña y en Galicia. Los andaluces, pongamos por caso, nos veríamos algo apurados si intentásemos descastellanizarnos.

Habla, hijo mío, habla dijo el doctor reconociendo en la voz de Amaury los mismos síntomas de turbación que ya había reconocido en la de Antonia. Habla: te escucho con toda mi alma. Señor continuó Amaury, a pesar de mi juventud ha querido usted que le reemplace cerca de Antoñita; me ha nombrado, en fin, su segundo tutor. , porque veía en ti una amistad de hermano para con ella.

Que esa... cavilación, si lo prefiere así, era la que le estaba matando; que a usted no le espantaba la muerte, sino el morirse, el cesar de vivir, el irse del mundo para siempre, porque hace mucha falta en él y no deja quien le reemplace en su labor de toda la vida. ¿No es ésta, tío, la sustancia de lo que usted me declaró? Justa y cabal, Marcelo; justa y cabal...

Os hará un traje completo, barato y fiado. Entonces podréis venir a la iglesia y ser algo sociable con vuestros vecinos. ¡Cómo! ¿ No me habéis oído decir amén desde vuestra llegada a este pueblo? Os recomiendo que no perdáis tiempo, porque será algo deplorable cuando Tookey me reemplace por completo. Puede muy bien que pasado otro invierno no tenga más fuerzas para estar de pie junto al órgano.

El doctor, que no la perdía de vista y la contemplaba fijamente, me indicó que tocase piano pianísimo; entonces reemplacé el vals por algunos acordes que poco a poco fueron apagándose hasta quedar extinguidos, como el lejano canto de un pájaro que huye cruzando el espacio, hacia lugares remotos.

Con seguridad iba a descubrir mi secreto, y no iba a poder continuar mis lecturas queridas. Inmediatamente corrí a buscar otras novelas más, que llevé a mi cuarto y las reemplacé en los estantes con libros tomados al azar; pero a pesar de mis precauciones, tenía, por cierto, que el cuadro de papel con que había substituido al vidrio roto, era un indicio acusador.