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Entraron para este efecto los PP. Felipe Suárez y Agustín Castañares y habiendo caminado noventa leguas, llegaron á un pueblo de Zamucos, y por entonces no se consiguió reducirlos. El año siguiente entraron los PP. Jaime de Aguilar y Agustín Castañares, y habiendo salido á 29 de Abril, caminaron las noventa leguas que los del año antecedente y hallaron desierto el pueblo en que estaban antes.

Nuestros Misioneros habían usado de muchos y eficacísimos medios para apagar toda malevolencia y odio entre las dos naciones y reducirlos á su antigua amistad, pero todo había sido en vano.

El barón, por su carácter sombrío, por sus excentricidades, y sobre todo por lo espantable de su rostro, inspiraba general temor en la población. Los niños sentían en su presencia un terror pánico. Los padres y las niñeras, para reducirlos a la obediencia, les amenazaban con él: ¡Se lo voy a decir al barón! ¡Que viene el barón! Hoy he visto al barón y me preguntó si eras obediente, etc.

En la Lógica solo se exercita el juicio, exâminando si la potencia de combinar ha formado bien, ó mal los raciocinios, pues el juzgar de las demas Artes no se ha de hacer por la Lógica, sino por los principios, ó máxîmas fundamentales de cada una de ellas; bien que siendo uno de los modos mas aptos para conocer la conformidad de los actos intelectuales con las primeras verdades el reducirlos á sylogismos, por eso la Lógica tiene un uso transcendental á todas las Ciencias.

Vedlos dónde asoman aquellos dos temerarios que profanaron nuestra Aljama con sus cuerpos impuros: parecióles buena la suerte de los otros dos insensatos cuyos despojos denegridos son hoy pasto de los cuervos, sin duda porque vieron que despues de degollados les hacian duelo las nubes y los vientos: id, y mandad en mi nombre que á los cuatro les pongan fuego, para que sus inmundos cadáveres no causen mas espanto á mis muslimes; y ahora verán los obstinados secuaces del Hijo de María, que así como su Dios no envió á esos un ángel que los librase de la cuchilla del verdugo, tampoco les envía ahora lluvias para apagar la hoguera que ha de reducirlos á ceniza.

Aunque la experiencia de estos sucesos dieron á los sábios Ministros, que con tanta gloria de la nacion dirigen la monarquia, las luces y conocimientos, para que no llegasen á tener tan desgraciado fin estos últimos establecimientos de las Bahías sin Fondo y San Julian, no por eso han podido libertarse de iguales contrastes, que al fin lograron reducirlos á un estenuado esqueleto de la corta poblacion del Rio Negro.

Lo cual ha dado no poco que entender á los ministros del Evangelio para reducirlos á que vivan juntos en un paraje y en unas mismas casas donde se porten como racionales y puedan ser instruídos en los misterios de la santa fe para creerlos, y en los preceptos de nuestra santa ley para observarlos.

Lo mismo nos sucederia con respecto á la equivalencia de todas las cantidades variables expresadas de diferente modo, si sus conceptos pudiésemos reducirlos á fórmulas tan claras y sencillas como las de las funciones aparentes, por ejemplo n s/m s, donde sea cual fuere el valor de la variable resulta siempre el mismo el valor de la expresion, el cual es constante, á saber n/m.

Llegábase á esto el vil interés de tal cual, que degenerando de la innata piedad de sus mayores, no hacía escrúpulo de apresar ya á este, ya al otro de aquellos pobres indios cristianos y reducirlos á miserable esclavitud.

Es la nación de los Payaguás, de vilísima condición, cobarde, pérfida y pronta á maquinar traiciones y en breve manifestaron estas malas cualidades; porque habiéndose acercado nuestro Aniceto el día 12 de Julio á ciertos Payaguás, con algunas bujerías que ellos estiman, para exhortarlos y reducirlos á recibir el santo bautismo, salió de una ensenada poco distante una manga de estos traidores, dividida en dos canoas y dando sobre él á traición le mataron á él y á otros compañeros con fieros golpes de macana; y ejecutadas estas bárbaras muertes, echaron á huir desesperadamente para librarse de nuestros cristianos, los cuales advirtieron bien tarde la fatalidad; é ídos al lugar del insulto, hallaron los cuerpos de los compañeros, sin poder dar con el de Aniceto; y al siguiente día celebramos las exequias por sus almas; con que se puede piadosamente creer habrá Dios usado misericordia con ellos por el celo con que se ofrecieron á tratar con estos pérfidos gentiles.