United States or Cabo Verde ? Vote for the TOP Country of the Week !


Entonces quedé solo, mirando como un idiota el mar desierto. Todos, sin saber lo que hacían, se habían arrojado al mar, envueltos en el sonambulismo moroso que flotaba en el buque. Cuando uno se tiraba al agua, los otros se volvían momentáneamente preocupados, como si recordaran algo, para olvidarse en seguida.

En todos los álamos del río grabé las iniciales de Linilla, o una sola letra, una «L», para que me recordaran a cada paso el nombre de mi amada. Pero mi sitio predilecto era la peña más alta de la colina. Desde allí descubría yo las cumbres más elevadas de la Sierra. Detrás de una de ellas estaba el pueblo de San Sebastián donde moraba la pobre niña.

Hace algún tiempo, como recordarán de fijo mis lectores, estuvo á punto de provocar un conflicto, por haber solicitado del jefe de la estación naval el inmediato desembarco de tropas, sin otra causa que haber ocurrido varios desórdenes sin importancia en Guantánamo.

No sólo aprenderán fácilmente lo que no les podría enseñar ningún libro, no sólo recordarán todo lo que hayan aprendido en aquellos días felices en que la voz del profesor se confundía para ellos en una misma impresión, con la vista de paisajes encantadores, sino que también se habrán encontrado frente al peligro y lo habrán arrostrado alegremente.

Me han sugerido estas pequeñas disquisiciones sobre la psicología de los secretos dos cartas que he recibido de mis amigas Rosalía y Petrona. Recordarán mis lectoras la carta de Rosalía desde «Los Carpinchos», contándome su vida y milagros.

Rara vez se me ha ofrecido ese caso; por el contrario, ha sido con vivo placer cómo he llenado estas páginas que me recordarán siempre una época que por tantos motivos ha determinado una transición definitiva de mi vida.

Á todo esto, la polka había atravesado ya la frontera, y se establecía entre nosotros, no como un huésped, sino como un conquistador. Recordarán ustedes que había sombreros á la polka, y pantalones á la polka, enaguas á la polka y hasta natillas á la polka.

9 al olor del agua reverdecerá, y hará copa como nueva planta. 11 Las aguas del mar se fueron, y se agotó el río, se secó. 12 Así el hombre yace, y no se tornará a levantar; hasta que no haya cielo no despertarán, ni recordarán de su sueño. 13 ¡Oh quién me diera que me escondieses en la sepultura, que me encubrieras hasta apaciguarse tu ira, que me pusieses plazo, y de te acordaras!

Todo el mundo podía darse cuenta con sólo verlo que el tejedor era un avaro medio loco. Era sorprendente que el buhonero no lo hubiese asesinado. Muchas y muchas veces se había descubierto que la gente de esa especie, con aros en las orejas, eran asesinas. No hacía tanto tiempo que uno de esos individuos había sido juzgado, para que no hubiera gentes que lo recordaran.

Al celo infatigable del Padre Ibáñez y á la protección que siempre dispensó á la instrucción D. Felipe de la Corte, Gobernador que fué de aquellas islas, las cuales eternamente le recordarán con gratitud, se debe el que sin temor de equivocarnos digamos que hay un 90 por 100 de sus habitantes que están impuestos en los primeros elementos del saber.