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En todas las esquinas había grupos de infantería marroquí recién desembarcada ó convaleciente de sus heridas, soldados jóvenes con gorros rojos y largos capotes de amarillo mostaza. Los zuavos de Argel conversaban con ellos en un español salpicado de árabe y de francés.

He asistido a sesiones agitadísimas, a la del incidente Cassagnac-Goblet, a la de la interpelación Brame, y a la de la interpelación Lockroy, que tanto conmovió a París en mayo del 79. Tiempo hace de esto, pero mis recuerdos son tan frescos que podrían describir aquellos debates como si recién los presenciara. No bajaré de la tribuna hasta la que os calléis!...» ¡Qué tumulto espantoso!

No bien saltaron en tierra algunas personas de a bordo, visitaron la ciudad y hablaron con sus mercaderes y con otros de sus habitantes, entre los cuales no faltaba ya quien chapurrease el portugués o el italiano, corrió por todas partes la voz de que mandaba la nave recién llegada un señor de mucho fuste y campanillas, cuyo nombre era Miguel de Zuheros.

Está ahora con los ojos obstinadamente humillados, por no recibir en ellos la imagen del abdomen, rotundo y endemoniadamente evocador, del señor Colignon. Pero, ¡mi Dios! exclama riendo el recién llegado , que ya le será a usté bien difícil olvidar y disimular.... Esta es una sucursal de la Rúa Ruera de otras veces. Belarmino está aquí; Apolonio está aquí; el usurero está aquí; usté está aquí.

SOLOMILLO CON PICATOSTES. Preparado y asado el solomillo, se corta en lonjas y se sirve adornado con picatostes. SOLOMILLO CON SETAS. Se toma un buen solomillo, se mecha, se sazona y unta de manteca, recién derretida en una sartén.

Yo iré respondió un marinero destacándose del pelotón y marchando a internarse otra vez en el pueblo. Llegaron al muelle. La noche estaba fría, sin estrellas: el viento acostado: la mar en calma. Dejaron el antiguo y diminuto muelle y se dirigieron a la punta del Peón recién construída que avanzaba bastante más por el mar. Brillaba en la obscuridad tal cual farolillo de los barcos anclados.

Era de esperar: habían civilizado demasiado á su ídolo: lo habían hecho conocer el champagne, le habían arrancado de su barbarie primitiva y al encontrarse con otro de su clase, recién salido de la cantera, forzosamente había de ser el vencido. Todos ellos sentían la necesidad de insultarlo antes de irse. De buena gana hubieran golpeado aquel paquete inerte que sollozaba encogido en la banqueta.

Y á los pocos pasos lo vió caído sobre sus ancas, enganchado aún al arado, pero intentando en vano levantarse, tendiendo su cuello, relinchando dolorosamente, mientras de su costado, junto á una pata delantera, manaba lentamente un líquido negruzco, del que se iban empapando los surcos recién abiertos. Se lo habían herido; tal vez iba á morir. ¡Recristo!

Era Noche-Buena, y si todo callaba en la triste vivienda recién visitada de la muerte, fuera, en las calles de la ciudad, y en todas las demás casas, resonaban placenteras bullangas de groseros instrumentos músicos, y vocería de chiquillos y adultos cantando la venida del Mesías.

Un gañán sostenía las riendas de la jaca y los demás trabajadores formaban un grupo a corta distancia, contemplando al recién venido con curiosidad y respeto. Era un hombre de mediana estatura, más bien bajo que alto, carilleno, rubio y de miembros cortos y fuertes.