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Ya fuese fatigados y oprimidos de las extorsiones y violencias que toleraban, ó insultados y conmovidos con un espíritu de sedicion que sembró el reo Tomas Catari, con el especioso pretesto de haber conseguido rebaja de tributos, se alzaron con tan furioso impetu, que en breve espacio de tiempo el incendio abrasó todas las provincias.

A pesar de todo, y después de haber hecho la indispensable rebaja, Poldy se complacía en que fuera noble su indio y hasta se figuraba llanísimo que fuese él naturalizado, hof-fähig sin la menor dificultad, y que asistiese con ella a la corte cuando estuviesen casados.

Además, el arsénico rebaja la fiebre, abre el apetito, facilita el sueño, restablece las carnes y no perjudica el efecto de los otros medicamentos, ayudándolos algunas veces. El señor Le Bris había pensado muchas veces en tratar a Germana por este método, pero un escrúpulo bien natural le detenía. No estaba seguro de salvar a la enferma y aquel diablo de arsénico le recordaba a la señora Chermidy.

El viaje es penoso y parece largo á causa del temor á lo desconocido que llena las simas y las galerías. En ciertos parajes, sólo se puede avanzar con mucha pena: es preciso entrar en el cauce de la corriente y tenerse en equilibrio sobre las piedras resbaladizas; más lejos, la bóveda se rebaja por una curva repentina, y sólo deja un estrecho paso, que es preciso atravesar arrastrándose.

Un librero de Sevilla me ha prometido comprarme un ejemplar, si le hago una rebaja de dos reales; y este pedido, con otras proposiciones que me dirigen de lejanas tierras, me hace esperar que venderé hasta diez en todo lo que queda de año. No puedo quejarme, en verdad, porque yo que si las cosas estuvieran mejor y sobrase dinero en el país, no había de quedar un ejemplar para muestra.

El entusiasmo les hacía feroces; creían que era el mismo gobierno lo que quemaban al son de la Marsellesa, y los industriales soñaban despiertos en la rebaja de la contribución; los de las blusas blancas en la supresión de los Consumos y el impuesto sobre el vino, y las mujeres, enternecidas y casi llorosas, en que acabarían para siempre las quintas.

Vaya, no sería para tanto... exageración. En estas cosas de santidad hay que llamar al tío Paco para que traiga la rebaja. Pero en fin, pongamos que sea así, ¿y qué? Ahora lo que falta saber es si con toda esa cristiandad nos querrá dar gato por liebre... ¡Lástima, arrepentimiento!... Dios mío, o dame una luz clara sobre esto, o quítame esta grillera de mi cabeza.

«¡No sea usted malo! ¡No sea usted tan materialresponde ella, turbándose como una niña aturdida que sospecha haber sido indiscreta, y clava en el mancebo los ojos risueños, arrugaditos, que Visitación cree que echan chispas. El catalán finge que se deja seducir por aquellos ojos y en cada vara rebaja un perro chico. Visitación triunfa.

La «partida grande» era un grupo de vendedores de voz de trompeta, que sabían sacarse del magín atractivos pregones: la aristocracia del oficio, ocupada únicamente en lanzar periódicos nuevos y ofrecer libros faltos de compradores, con enorme rebaja... El señor Manolo, después de larga reflexión, informaba a sus amigos sobre el paradero de la tal partida.

¿La apuesta no sería leal? replicó el señor Dowlas con cólera . Quisiera, que se presentara alguien que dijese que quiero apostar deslealmente. Vamos, vamos, maese Lundy, quisiera oíros decir eso. Muy probablemente lo querríais dijo el carnicero . Eso no es cuenta mía. No tengo que hacer tratos con vos, y no voy a tratar de que me hagáis una rebaja.