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A la mañana siguiente hállase la dama en su tocador, y ha gastado dos pastas de jabón en quitarse el tizne de la cara. Su rabia es inmensa: está furiosa; ha descubierto el engaño, y en su desesperación da unos chillidos que se oyen desde la calle. El joven, por su parte, trata de huir, al ver el enojo de la que adora.

¡Oh! ¡No tenéis absolutamente la intención de hacer esa tontería! dijo Priscila doblando el vestido que acababa de quitarse y colocándolo en la caja . ¿Para quién habría trabajado yo entonces, cuando muera nuestro padre, si se os pone en la cabeza quedaros solterona, porque ciertas personas no son mejores de lo que debieron ser?

Otra cosa que le gustaba muchísimo era almorzar en los restaurantes. Eso de entrar cada día en sitio distinto, sentarnos a una mesa entre otra porción de ellas ocupadas, quitarse el sombrero y los guantes y hacer con gran detenimiento la elección de los platos entre los más apetitosos de la lista, constituía para ella un placer muy vivo.

Toda su ambición se reducía a divertirse y agradar sin exceso, como el ave que vuela sin saberlo y canta sin esfuerzo. Aquella noche, había vuelto de paseo, cansada y algo indispuesta: se había quitado el vestido y puéstose una sencilla blusa de muselina blanca. Sus brazos blancos y redondos asomaban por los encajes de sus mangas perdidas: se había olvidado de quitarse un brazalete y las sortijas.

¡Magnífico! ¿No cambias de traje para partir? Tengo en París todo lo necesario. Es probable que tu sobrina vaya á quitarse su vestido blanco. Dejémosla libre en sus movimientos. Pero , dedícate á Mauricio y no le pierdas de vista. Convenido. Mientras se urdía este doble complot la fiesta llegaba á su apogeo y era fácil prever que el baile duraría hasta por la mañana.

, , hacedlo sentar dijeron en coro varios de los asistentes, muy contentos con que la existencia de los aparecidos quedara sin resolver. El tabernero le obligó a Marner a quitarse el saco, y después a sentarse en una silla en medio de un círculo de modo que, apartado de las personas, recibiera directamente el calor de la chimenea.

Marroquín se limitó a quitarse el gorro y la levita. Todo se volvía ojos Miguel tratando de ver dónde estaban las espadas a que el cura había aludido la noche anterior; pero no parecían por ninguna parte. Y con gran sorpresa y desengaño, pues estaba creído de que iba a presenciar una extraña y terrible aventura, vio que los campeones se ponían a darse de morradas como mozos de cuerda.

Las figurantas van á sus casas á almorzar sin quitarse el traje, por no perder tiempo. Sobre las vallas de los estudios se elevan, unas veces, la torre Eiffel, si la obra transcurre en París, y otras, el palacio de los Dogas venecianos ó los agudos minaretes de una mezquita oriental.

Es que voy a salir. ¿A dónde? Entra y te lo diré. Penetró don Pablo en el comedor, y sin quitarse el sombrero ni el abrigo, muy risueño, sentóse en el sillón de costumbre, y mirando a su hermana, dijo: Adivina la gran noticia que traigo... No ...

Al revolver el camino vi á los pocos pasos un bulto muy grande, como si fuese un buey puesto en dos pies... ¡Alto! me gritó tapando el camino. ¿Quién eres y adónde vas? Soy el hijo de mi padre respondí y voy adonde me da la gana. Pues por aquí no pasa nadie que no se quite la montera y las buenas noches. Pues ahora va á pasar uno sin quitarse la montera. ¿Quién va á ser?