United States or Mexico ? Vote for the TOP Country of the Week !


Pero en don Federico se cumplió aquello de que quien tarde casa, mal casa. No me asombro repuso Ramón Pérez de que don Federico la quiera, sino de que Marisalada quiera a ese desgavilado, que tiene pelo de lino, cara de manzana y ojos de pescado. Que no haya tenido presente esa ingrata de que ¡quien lejos se va a casar, o va engañado, o va a engañar!

Vuestra majestad puede disponer de como quiera, y siempre honrándome contestó inclinándose la de Lemos. Y luego continuó: Salía yo, pues, del cuarto de vuestra majestad, cuando encontré de repente junto á mi á don Francisco de Quevedo.

Pero, en fin, hoy la tantearemos otra vez. Como quiera que sea, su sermoncito no hay quien se lo quite. Y por si viene pronto... quedamos en que de diez a once... debes marcharte ya, no sea que te pille aquí. Después de un rato de silencio, la Delfina dijo con resolución: «Yo no me voy». ¡Hija, qué me dices!... ¿Estás loca? Yo no me voy. Me esconderé en la alcoba. Quiero oír lo que diga...

El que quiera persuadirse de la verdad de esta asercion, que se pasee un domingo por Paris despues de la una de la noche, ó cualquiera otro dia de la semana.

No quiera Dios que mi nombre ni la sangre de donde vengo entren a parte, para provocar tamañas desdichas sobre nuestros antiguos vasallos, y menos para arrebatarles la mísera fortuna que les resta, dándoles, en cambio, la servidumbre y la muerte.

Donde quiera esas ondas están destrozadas ó separadas por grandes grietas de insondable profundidad, en cuyo seno surgen y se deslizan ó saltan como surtidores mil filtraciones, cascaditas y arroyuelos caprichosos, cuyas aguas purísimas van á perderse en recónditas cavidades donde se elabora un rio, el Aveiron, compuesto de innumerables é invisibles torrentes.

¡Ah, venturoso Mauricio! ¡Ah, infeliz Focas! ¿Quién vió Que, para reinar, no quiera Ser hijo de mi valor Uno, y que quieran el tuyo Serlo, para morir, dos?

Dígase lo que se quiera, esa nobleza es la única felicidad de los ricos. Por ella, sólo por ella, los admira el mundo. Todo lo demás que en ellos envidia la multitud es como la corona de oropel que ciñe la frente del comediante. ¡Noble dignidad, dignidad envidiable que pone a salvo las prendas más altas del corazón!

Pues no hay motivo para ello. Yo tengo acá mi teoría sobre el caso; y no es así, al aire y como se quiera, sino fundada en la observación y en el propio sentir. De pronto te parecerá un lugar común de la manoseada sátira contra el matrimonio, porque algo así se ha dicho en esas rutinas desacreditadas; pero es cosecha de mi caletre, créelo.

Todos os habéis estremecido á su vista. Donde quiera que esta mujer ha ido, donde quiera que, bajo el peso de tanta desgracia, hubiera podido tener la esperanza de hallar reposo, esa letra ha esparcido en torno suyo un triste fulgor que inspiraba espanto y repugnancia. ¡Pero en medio de vosotros había un hombre, ante cuya marca de infamia y de pecado jamás os habéis estremecido!