United States or United States Virgin Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Creo que Beatriz sigue queriéndome; pero el temor de que me pierda el cariño, la sospecha de que el alto concepto que de formó vaya rebajándose de continuo, me tiene constantemente sobresaltado. »El menosprecio es contagioso.

Estaba con la cabeza baja y el pensamiento en lejanía. ¡Pillo! murmuré, a pesar mío. No, no era un pillo corrigió la Pinta, volviéndose a mirarme con gesto dolido . No era cura todavía; seminarista nada más. Quería casarse conmigo. Nos escapamos. El padre de él le cogió. Mi madre no quiso admitirme en casa. Después, claro está.... Estoy segura que mi novio sigue queriéndome.

No, hombre, ¿qué me voy a enfadar yo? Suéltela, suéltela. ¡Ay, qué gracia! Me gusta usted por lo corto de genio. Al pan pan y al vino vino. Queriéndome a , verá lo que es corazón amante, consecuente y tropical. Pero le advierto una cosa... ¿Qué?

Otros grupos de paseantes destacábanse a lo lejos como hormigas trepadoras. Andresito y el bebé quedábanse rezagados, andaban lentamente y se detenían para recalcar sus palabras con gestos vehementes. Ea, que no te creo. Me la pegaste con el artillero, te burlaste de ... «destrozaste mi alma», ¿y ahora quieres que yo me trague esa bola de que me querías entonces y sigues queriéndome?

Y como queriéndome dar confianza, agregó: ¡Pero usted es un hombre! ¡Señora... señorita!.... Y a una finísima mirada de don Benito, imperceptible casi, yo extendí mi brazo y Blanca se colgó de él con franco y dulce abandono. No podía darse un retrato más semejante a Fernanda.

¡Bendita sea tu boca! ¡Sigue niña, que me subes al cielo diciéndome esas cosas! Nada has de perder queriéndome. Pa que estés bien soy capaz de todo; y aunque el padrino se enfade, ansí que nos casemos güervo al contrabando para llenarte el delantal de onzas. María de la Luz protestó con un ademán de miedo. Eso nunca.

¡Ah, ah, el hijo del palafrenero mayor! Eso es. Pues mira, Aldaba, no te metas con ese paje, le protejo yo. Si la Inés me quisiera, sería bastante; pero no queriéndome, á qué buscar ruidos. Haces bien; toma un ducado por lo que has hecho, y puesto que el cocinero mayor te ha despedido, te tomo por mi criado; me guisarás, y me excusaré de venir á este figón del infierno.

Infiero yo de lo dicho que, casada ya y con hijos, te he de querer más que de soltera, si sigues queriéndome . Aunque te cases, ¿dejarás de quererme? Nunca dejaré de quererte respondió doña Luz . Yo no me casaré nunca.

En desobedecer á mi madre, en engañarla, en haber atraído á D. Carlos con miradas amorosas y profanas, en complacerme en que guste de y en que me persiga, en desear que siga queriéndome hasta en este instante, cuando ya estoy decidida á no ser suya. En suma, Lucía, mi alma es un tejido de marañas y de enredos, que el mismo diablo trama y revuelve.

¿Pero es posible? ¿No fue posible que me dejases sin motivo, queriéndome como decías? ¿De qué te sorprendes? ¿Quién ha buscado a quién? Mientras fui tuya, ¡vergüenza me da recordarlo!, ni siquiera sospechaste el cariño que mi corazón encerraba para ti. Después, suponiendo que era de otro hombre, me has deseado con rabia, con locura, como se desea lo ajeno.