United States or Jamaica ? Vote for the TOP Country of the Week !


Para esto siempre tenía que emplear el castellano: ¡Canalla! ¡Granuja! le decía . ¡Viejo cochino! ¡Cobarde! Marqués contestaba a los insultos con un ladrido suave, que parecía una quejumbrosa protesta, movía la cola como un péndulo y se ponía a andar en zig-zag, olfateando por todas partes. De pronto veía que algunas hierbas se movían y se lanzaba a ellas como una flecha.

Por fortuna era don Custodio el que había hecho el diagnóstico y temiendo llamar la atencion se hacía el desentendido escribiendo al parecer la crítica de la pieza. ¡Si no fuera porque voy con ustedes! dice Juanito haciendo girar los ojos como los de ciertos muñecos que mueve el péndulo da un reloj. Y para ser más parecido, sacaba de tiempo en tiempo la lengua.

Mas Pulidito, alargando el inexorable dedo indicador, cual si fuesen sus falanges elásticas, y agitándolo de arriba abajo con la fatal oscilación de un péndulo acompasado, exclamó con temeroso acento: ¿Lo ves, Pepe?... ¿Lo ves?... ¡Lo dije!... ¡Lo dije!... ¿Qué? replicó Butrón con el aire resignado de quien se prepara a recibir un importuno chubasco.

Acaso sus mayores progresos y su rara perfeccion y prontitud en la fabricacion dependen principalmente de la division del trabajo, llevada allí hasta sus últimas consecuencias. Cada obrero trabaja en una sola operacion, mas ó ménos sencilla, de manera que un péndulo ó reloj representa el concurso de centenares de obreros.

La vista no se separaba de la columna barométrica cayendo fatídicamente en el alma, cada uno de los acompasados golpes del péndulo. ¡Cuántos pensamientos en aquellos supremos instantes! ¡Qué de recuerdos! ¡Qué de zozobras! ¡Qué de esperanzas! ¡Debe ser tan terrible morir ahogado dentro de las cuatro tablas del camarote!

Creía ver a la muerte en persona, tal como los imagineros de la Edad Media la habían representado en los misales. Si me duermo pensaba , nadie vendrá a despertarme; me han dejado aquí para que me muera. Un gran reloj de Boule marcaba las horas sobre la chimenea. Los golpes secos del péndulo, la regularidad inflexible del movimiento, le crispaban los nervios: rogó a la condesa que parase el reloj.

El viejo péndulo dio las nueve, y cuando Hullin reanudaba su tarea, se abrió la puerta y apareció en el umbral Catalina Lefèvre, la labradora de «El Encinar», con gran asombro del almadreñero, porque no era frecuente que dicha mujer viniese a semejantes horas.

Y como si las palabras del viejo trajesen a las dilatadas narices de los caballos un lejano perfume de la deseada primavera, comenzaron a relinchar, a dar saltos, a morderse, a estremecer sus vientres con agitaciones de péndulo, a resbalar las patas delanteras sobre las grupas más cercanas, haciendo esfuerzos por libertar sus cabezas amarradas a las anillas.

Mas Julián no veía el alba, no veía cosa ninguna.... Es decir, veía esas luces que enciende en nuestro cerebro la alteración de la sangre, esas estrellitas violadas, verdosas, carmesíes, color de azufre, que vibran sin alumbrar; que percibimos confundidas con el zumbar de los oídos y el ruido de péndulo gigante de las arterias, próximas a romperse.... Sentíase desvanecer y morir; sus labios no pronunciaban ya frases, sino un murmullo, que todavía conservaba tonillo de oración.

No, madre respondió Margarita, pues la señorita de Porhoet no ha llegado aún. Un minuto después, el timbre del péndulo se ponía en movimiento; la puerta se abrió, y la señorita Jocelynde de Porhoet-Gaél, llevada del brazo por el doctor Desmarest, entró en el salón con una precisión astronómica.