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La posesión del dinero, acontecimiento inaudito en aquellos tristes años de su vida, produjo en Doña Paca un efecto psicológico muy extraño: se le anubló la inteligencia; perdió hasta la noción del tiempo; no encontraba palabras con qué expresar las ideas, y estas zumbaban en su cabeza como las moscas cuando se estrellan contra un cristal, queriendo atravesarlo para pasar de la obscuridad a la luz.

Sólo los falsos artistas, los hombres «de oficio», los ejecutantes sin pensamiento, se preocupan del colorido y otras ranciedades. Argensola era un artista psicológico, un pintor de almas. Y el discípulo sintió asombro y despecho al enterarse de lo sencillo que era pintar un alma.

La señora de Montauron, que estaba siempre en acecho, ojo avizor y oreja al viento, cayó en la eterna trampa de las apariencias, interpretándolas a la medida de sus deseos. Resolvió en vista, coger al vuelo eso que ella denominaba, el momento psicológico, y firme en sus propósitos hizo cierta mañana comparecer al marqués en la hora habitual de sus audiencias secretas.

no encontramos alguna demostración material de la verdad, lo que parece demasiado probable, resulta que estamos empeñados en un proceso indicador, cuya solución depende de un problema psicológico. Lo que importa ante todo, es conocer el estado de espíritu de la Condesa en los últimos días.

Así lo acabo de hacer en los párrafos anteriores; y si Kant hubiese querido ser mas exacto al dar cuenta de las opiniones de sus adversarios, no habria dicho que el primer raciocinio de la psicología racional no nos da sino una luz que se pretende nueva, cuando nos presenta el sujeto lógico constante del pensamiento, como el conocimiento del sujeto real de la inherencia. «Lejos, dice, de que sea posible inferir estas propiedades de la categoría pura y simple de una substancia, por el contrario, la permanencia de un objeto dado, no puede ser tomada en principio, sino partiendo de la experiencia, cuando queremos aplicarle el concepto empíricamente usual de una substanciaTiene razon el filósofo; las propiedades de la categoría pura y simple de una substancia, no pueden hacernos salir del órden ideal, si no podemos apoyarnos en un hecho de experiencia; pero olvida una parte del argumento psicológico cuando añade que en el caso actual, no hemos puesto en principio ninguna experiencia, y que solo hemos concluido del concepto de la relacion de todo pensamiento al yo, como al sujeto comun al cual este pensamiento se liga.

Lo más amargo de la miseria de estas gentes dijo el médico no consiste sólo en las privaciones que sufren y la rudeza con que ganan el pan. Está en el ambiente desmoralizador que les rodea. Y Aresti describía el sufrimiento psicológico que había sorprendido en todo ejército obrero acantonado en torno de Bilbao, en las minas y las fábricas.

Ahora bien: discurramos un poco sobre los mejores métodos para concertar armisticios conyugales y llegar a la armonía definitiva. Se trata de un punto psicológico complicado, del cual depende el renacimiento de la dicha eclipsada. Desde luego, sólo aludiremos a desavenencias exentas de gravedad.

Según opinión de un médico que por lástima las visitaba, y de otros que tenían consulta gratuita, todo el desorden nervioso y psicológico de la niña era cuestión de anemia, y contra esto no había más terapéutica que el tratamiento ferruginoso, los buenos filetes y los baños fríos.

Con esta doctrina queda arruinado el argumento de Kant, porque se deshace el fundamento en que estriba. . El filósofo aleman parece que sentia el punto flaco de su discurso; y así es que procura exponer el argumento psicológico en términos tales que ofrezca un tránsito del órden ideal al real, sin que se vea el punto que une cosas tan distantes.

Cuando al artista no le anima esa especie de alcohol espiritual del entusiasmo estético, se le ve caer en un marasmo parecido al que abruma a los desventurados esclavos del hachís y del opio.... Reyes había hecho a su modo un profundo estudio psicológico de los pobres tenores ex notables que venían a su pueblo averiados, como barcos viejos que buscan una orilla donde morir tranquilos, acostados sobre la arena; también sabía mucho de tiples de tercer orden que pretendían pasar por estrellas: aunque era muy joven todavía cuando había tenido ocasión de hacer observaciones, la reflexión serena le había ayudado no poco.