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Estos, acostumbrados á que las columnas españolas cuando la guerra de Independencia, para atravesar aquellos caminos tenían que ir protegidas por el fuego de la artillería, se creían inexpugnables en aquellas fortalezas naturales, y sostuvieron largo rato el fuego; pero pronto abandonaron sus posiciones, entregándose una vez más á su sport favorito: correr para ponerse á prudencial distancia de las balas del ejército.

La paredes, pintadas de blanco y protegidas en parte por azulejos para evitar roces, estaban enteramente desnudas: ni un trazado, ni un grabado, ¡ni un esquema siquiera de un instrumento de Física!

Semejante doctrina no fué nunca enseñada, por ejemplo, por el venerable pastor de almas Juan Wilson, cuya barba, blanca como la nieve, se veía por sobre el hombro del Gobernador Bellingham, mientras le decía que las peras y los melocotones podrían aclimatarse en la Nueva Inglaterra, y que las uvas de color de púrpura podrían florecer si estuvieran protegidas por los muros del jardín expuestos más directamente al sol.

Después de las paredes de dura roca, las riberas que mejor resisten la fuerza de la corriente son las protegidas por una poderosa plantación de árboles. Los álamos, chopos y alisos, sirven de baluarte contra la invasión del agua.

Necesito un hombre como , que los meta en cintura y cuide mis intereses. Y Rafael se fue al cortijo, no volviendo a la viña más que una vez por semana, cuando iba a Jerez para hablar al amo de los asuntos de la labranza. Muchas veces tenía que buscarlo en la casa de alguna de sus protegidas. Le recibía en la cama, incorporándose sobre el almohadón, en el que descansaba otra cabeza.

Tuve que arrostrar la enemistad de grandes directores de teatro, de hombres de negocios, de ministros, que me recomendaban á sus protegidas. Hasta un monarca me retiró el título de duque que acababa de darme, porque rechacé á su amiga predilecta... Las seis vestían los últimos modelos de la rue de la Paix. Los reporteros, kodak en mano, sacaban instantáneas de lo que iba á ser la última moda.

Pudo conocer entonces las dos señoritas cuyas voces llegaban hasta ellos; estas señoritas habían bajado, a lo que podía creerse, a uno de los jardinillos de bajo la torre con el fin de evitar el sol, y se paseaban del brazo protegidas por la fresca sombra de grandes rosales allí plantados; una de ellas, morena, pálida, con cara de arcángel, decía a la otra: Qué bien se está aquí para charlar, ¿no es verdad, hija?

Si hacía sol, Lucía y Pilar bajaban al jardinete y pegaban el rostro a los hierros de la verja; pero en las mañanas lluviosas quedábanse en el balcón, protegidas por los voladizos del chalet, y escuchando el rumor de las gotas de lluvia, cayendo aprisa, aprisa, con menudo ruido de bombardeo, sobre las hojas de los plátanos, que crujían como la seda al arrugarse.

Los amos ocupaban en invierno el principal y en verano el bajo: en el segundo estaba la administración, y en las buhardillas, los cocheros, pinches y lacayos, amén de dos o tres familias de sirvientes jubilados y gentes protegidas, entre ellas, Manuela, hija de un ayuda de cámara, hermana de una doncella y viuda de un mozo de comedor que había servido muchos años y murió, dejándola embarazada.

Preciso es, pues, que abrigue á lo menos la parte más delicada de su ser, el árbol por donde respira y que extrae la vida por medio de sus raicitas, sustentándolo y reparando sus fuerzas. La cabeza no tiene tanta importancia, muchos la pierden impunemente; mas, si las visceras no estuviesen protegidas de continuo por su escudo natural, si fuesen heridas, el molusco moriría.