United States or Saint Barthélemy ? Vote for the TOP Country of the Week !


Otros varones, sesudos y de luminosas ideas, proponían, con el mismo piadoso deseo, colocarse simplemente al lado de la vía, cuando pasase el tren cerca de la Presa, y hacer una descarga cerrada sobre el coche que llevase á la grandísima... tal.

Prosiguió su camino, levemente disgustado por tal ridículo empeño. Y de nuevo enderezó su pensamiento hacia Paca, cuyas cualidades empezó á exaltar á toda prisa en su mente á fin de borrar la imagen que, al parecer, todos se proponían ponerle delante de los ojos. Había vuelto á quedarse taciturno y marchaba con arrugado ceño por la calle. Tanta gritería, tanta bulla le iban poniendo nervioso.

Pero hablemos seriamente: dejemos los romanticismos, como dices. Yo soy pobre y eres inmensamente rica. ¿Serías capaz de cambiar tu vida de opulencia por una existencia modesta al lado de un hombre de trabajo, que te amaría mucho... mucho? Pepita no pareció conmoverse ante el cambio de vida que la proponían, ni sintió miedo ante la modestia de que le hablaba el ingeniero.

Cuando se cansaban de imitar á los cómicos con ruidoso choque de espadas y caídas de muerte, Ulises y otros amantes de la acción proponían el juego de «ladrones y alguaciles». Los ladrones no podían ir vestidos con ricas telas, su uniforme debía ser modesto. Y revolvían unos montones de trapos de colores apagados que parecían arpilleras.

A cada remedio que proponían, Simoun respondía con una sonrisa sarcástica y brutal: ¡Ca! ¡tontería! hasta que exasperado uno le preguntó por su opinion. ¿Mi opinion? preguntó; estudien ustedes por qué otras naciones prosperan y hagan lo mismo que ellas. ¿Y por qué prosperan, señor Simoun? Simoun se encogió de hombros y no contestó.

En los cafés de la calle de Toledo y de la Galería de Humberto I tenía que defenderse de unos mozos inquietantes, con chaleco de gran escote, corbata de mariposa y un pequeño fieltro ladeado sobre las guedejas, que le proponían en voz baja espectáculos inauditos organizados para recreo de los extranjeros.

Hubo al otro día en la casa de la Albornoz congreso de ofendidos, y la altiva dama adoptó por suya la respuesta de Marat a Camilo Desmoulins y Freron, cuando le proponían estos refundir el periódico de ellos, La Tribuna de los Patriotas, en el suyo, El Amigo del Pueblo: «El águila va siempre sola; los pavos forman manadas». Ella era el águila y las demás señoras los pavos; Butrón era el pavero.

Gallardo se alejó preocupado. ¡Ay! ¡Aquel hombre, que él había visto tirar el dinero en sus buenos tiempos con una arrogancia de príncipe, seguro de su porvenir!... Había perdido los ahorros en malas especulaciones. La vida del torero no era para aprender el manejo de una fortuna. ¿Y aún le proponían que se retirase de la profesión? ¡Nunca! Había que arrimarse a los toros.

Pero volvamos a La Rioja. Habíase excitado en Inglaterra un movimiento febril de empresa sobre las minas de los nuevos Estados americanos; compañías poderosas se proponían explotar las de Méjico y Perú, y Rivadavia, residente en Londres entonces, estimuló a los empresarios a traer sus capitales a la República Argentina. Las minas de Famatina se presentaban a las grandes empresas.

Ahora los fines que se proponían, que buscaban y que alcanzaban los hombres de acción, eran más consistentes, eran más altos y no por eso menos positivos y sustanciales.