United States or Finland ? Vote for the TOP Country of the Week !


Quedó riendo Cachafaz de sus propias palabras, mientras Watson miraba con tristeza hacia la casa. Luego hizo dar vuelta á su cabalgadura y se alejó relativamente consolado, por una resolución que acababa de adoptar. «Volveré mañana... se dijo . Volveré todos los días, hasta que me perdoneAquella tarde la pasó Elena sola en su salón.

Pero si no vemos, si no andamos, sino descubrimos, siempre estaremos metidos en nuestra ignorancia, y talvez algun tiempo nos enseñarán los extrangeros nuestras propias tierras, y lo que nosotros debiamos saber: pues no puedo ver que un ingles como Falkner nos está enseñando, y dándonos noticias individuales de los rincones de nuestra casa, que nosotros ignoramos.

Como mi instituto aquí no es tratar de propósito de la vida y escritos de los hombres de letras, sino solo poner lo que ha contribuido á las mayores mutaciones que se han hecho en la Lógica, por eso brevemente insinuaré las mudanzas que Cartesio ocasionó en ella y en algunas otras partes de la Filosofía, sacándolo de lo que él mismo dice en sus propias Obras.

Los gigantes, alimentados con las propias fuerzas de la tierra, llevaban en la voz los rugidos del huracán y en los brazos el vigor de la tormenta: con sus cien manos lanzaban al azar el pedrisco de rocas, pero luchaban con el ciego furor de los elementos contra dioses jóvenes é inteligentes. Sucumbieron, y bajo los escombros del monte quedaron aplastados con ellos pueblos enteros.

La justificación del objeto amado es el mejor bálsamo que el afecto pueda encontrar para sus propias heridas: «¡Un hombre tiene que tener tantas cosas en la cabezaHe aquí la creencia que le permite a una mujer conservar a menudo una fisonomía alegre, a pesar de las respuestas bruscas y de las palabras crueles de su marido.

Juan Claudio se adelantó a su encuentro, y desatándole con sus propias manos el pañuelo, le dijo: Si desea usted comunicarme algo, señor, ya le escucho. Los guerrilleros estaban a quince pasos del grupo que los recién llegados y Juan Claudio formaban.

No tuve en 1868 tiempo para estudiar detenidamente las condiciones de la sociedad inglesa, ni aún de Lóndres siquiera, y si pretendiese pasar por conocedor, cien libros me servirían para ostentar el barniz del viajero erudito. Pero mi propósito es describir mis propias impresiones, no las ajenas, y por tanto mis pequeños cuadros solo pueden abarcar algunos pormenores.

En fin, se ha hecho lo posible; y no contento yo con realizar mis propias ideas, pregunto a las personas sensatas, y escucho sus opiniones con gusto y respeto. Vd. se servirá darme la suya después de visitar mi pueblo. Con mucho gusto, señor, a pesar de mi ignorancia suma.

La física no es completa, sino pide sus luces á la metafísica. La mejor prueba de lo que acabo de decir, la encontraremos en el capítulo siguiente, donde veremos á la imaginacion enredada en sus propias representaciones. La materia es divisible, por lo mismo que es extensa, y no hay extension sin partes.

Los socorros y ayudas no han de ser mayores que las propias fuerzas; porque no suceda lo que á un Scipion en España, cuando treinta mil Celtiberos, con perfidia notable le desampararon, y él como inferior no los pudo detener. De donde Livio sacó un importante documento.