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Hallándose con este hecho perpleja la demas turba, aunque alguna parte se mantenia constantemente á la vista, finalmente volvió las espaldas, y se retiró á la tarde á sus reales: aunque no enteramente, porque temerosa la fama, anunciaba la entrada del capitan con alguna gente, pero temia promulgar que estaba cautivo.

7 Todos los presidentes del reino, magistrados, gobernadores, grandes y capitanes, han acordado por consejo, promulgar un edicto real, y confirmarlo: Que cualquiera que demandare petición de cualquier dios u hombre por espacio de treinta días, sino de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones.

La expresaba diciéndose que tal vez se alegraría de no estar tan alegre. La impaciencia y vivacidad de Bringas se manifestaban en una fiebre de intervención doméstica, en un como delirio de administración, vigilando sin ver y dirigiendo todo lo mismo que si viera. Ni un instante dejaba de promulgar disposiciones varias, y él mismo se contestaba a las preguntas que hacía.

Preciso es que las grandes naciones se entiendan para substituir condición tan salvaje con otra más humanitaria y civilizada, de suerte que el hombre reflexione mejor y deje de desperdiciar sus bienes, y de perjudicarse á mismo. Necesítase que Francia, Inglaterra y los Estados Unidos, propongan á las demás naciones y las decidan á promulgar, todas juntas, un Derecho del mar.

Tambien fué arrestado al propio tiempo el teniente de cura de aquel pueblo, el Licenciado D. José Vasquez de Velazco, á causa de habersele justificado acompañó á Condori en las aclamaciones que se hicieron de Tupac-Amaru, en las plazas públicas de su doctrina, habiendo hecho despues la demostracion de bendecir las tropas de aquel rebelde, implorando el favor del Altísimo por la felicidad de sus armas, y convidándose á seguirle hasta el ataque de Tupiza que premeditaba, contribuyendo con la autoridad de su carácter á promulgar los edictos, y esparcir las cartas sediciosas de que se valian para conmover los ánimos, en que se espresaba de esta manera:

Los robos, asesinatos y otros escándalos nocturnos se multiplicaban y para remediarlos juzgó oportuno su excelencia promulgar bandos, previniendo que sería aposentado en la cárcel todo el que después de las diez de la noche fuese encontrado en la calle por las comisiones de ronda.

Que el gobierno colonial hizo lo posible por desterrarlas, me lo prueba un bando o reglamento de duelos que el virrey don Teodoro de Croix mandó promulgar en Lima con fecha 31 de agosto de 1786, y que he tenido oportunidad de leer en el tomo XXXVIII de Papeles varios de la Biblioteca Nacional.

No obstante, el santo mártir P. Pedro Romero, español, y el infatigable Misionero P. Joseph Orighi, hermano del eminentísimo señor Agustín Orighi, y tío del eminentísimo Orighi, que vive al presente, quisieron volver á promulgar el Evangelio entre los Guaycurús, y sin tener cuenta de sus propias vidas, intentaron, con increíbles trabajos y fatigas, domesticar su innata fiereza; pero sin hacer más fruto que bautizar algunos párvulos, se vieron obligados á retirarse.