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Al cabo de un instante salió y dijo: ¿Quieren ustedes seguirme? Las personas que esperaban en las banquetas, hacía mucho tiempo sin duda y acaso con poca esperanza, produjeron un murmullo de protesta contra aquella preferencia otorgada ante su vista. ¡Siempre pasa lo mismo!

La miró atentamente, preguntándole que qué hacía allí y en qué pensaba, y por fin Mauricia desplegó sus labios de esfinge, y dijo estas palabras que le produjeron a Belencita una corriente fría en el espinazo: «He visto a Nuestra Señora». ¿Qué dices, mujer, qué te pasa? le preguntó la ex-corista con ansiedad muy viva.

Vaya, vaya, callen los novios y empiece ya á cantar manifestó D.ª Feliciana. Vamos allá. Paco empezó á remover con mucha prisa y donaire la bolsa. Las bolas de madera de boj que había dentro produjeron un ruido desagradable. Octavio acercó la boca al oído de Carmen y le dijo suavemente en voz muy baja: ¿Te has acordado de hoy?

Unas cuantas casas-grilleras con adornos de mazapán alzadas por el oro indiano en las inmediaciones del parque de San Francisco; varios trozos de acera en calles que jamás la poseyeran; tres faroles más en la plaza de la Constitución; un guardia municipal suplementario, que debe su existencia no tanto a las necesidades del servicio como a las pasiones del alcalde, varón de excelsos pensamientos, consagrados casi enteramente a Venus, que premia las condescendencias de Vulcano con el presupuesto municipal; en el paseo del Bombé algunas estatuas de bronce con el ropaje caído, que produjeron grave escándalo a su erección, haciendo pregonar al magistrado Saleta en la tertulia del maestrante que «la media desnudez era cien veces más incitante que la completaen las cabezas de nuestros maduros conocidos algunas hebras de plata, y en el semblante radioso como el arco iris de Manuel Antonio, el más seductor de los hijos de la ínclita ciudad, signos ya evidentes de que su belleza pronto se desvanecerá como un sueño feliz al soplo glacial de la mañana, como los copos de nieve que caen suavemente en el silencio de un día triste de invierno.

El orden y el entusiasmo con que acudían los franceses al llamamiento de la nación, convirtiéndose en soldados, produjeron en él una extrañeza inmensa. A impulsos de esta sacudida moral, empezó á creer en algo. La gran masa de su país era buena: el pueblo valía como en otros tiempos. Cuarenta y cuatro años de alarma y angustia habían hecho florecer las antiguas virtudes.

Pasaron aún más de cinco semanas después del coloquio nocturno de que acabamos de dar cuenta. El esfuerzo violento y el consumo de vitalidad, hechos por Fray Miguel, para ir hasta la celda del Padre Ambrosio y para hablar con él lo que había hablado, produjeron terrible reacción, hundiendo a Fray Miguel en el mayor abatimiento físico.

Por qué maniobras obtuvo éxito la señorita Guichard donde su primo había fracasado, nadie pudo saberlo; pero una mañana vió Fortunato unos contratistas y después una cuadrilla de albañiles que se instalaban en el solar y elevaban una tapia que le quitaba la luz. Fué preciso cambiar de sitio las estufas, que ya no produjeron frutos ni flores tan buenos como antes.

Ni la inscripción del festín de Baltasar, ni la rota de Roncesvalles, ni la capitulación de Sedán, produjeron tanto efecto como el que originaron las anteriores palabras. Un silencio de muerte invadió el salón, y las lágrimas se agolparon á los ojos.

Mientras el pintor se mostró sumiso y cariñoso obtuvo de ella cuanto quiso; mas así que por la confianza dejó su actitud rendida y mostró su verdadero carácter frío y egoísta, instantáneamente nació en ella una violenta rebelión. Núñez se había equivocado de medio a medio con ella. Pensó dominarla a fuerza de sarcasmos y lo que éstos produjeron fue un incendio de ira muy difícil de apagar.

13 Y pasados algunos días, el rey Agripa y Berenice vinieron a Cesarea a saludar a Festo. 15 sobre el cual, cuando fui a Jerusalén, vinieron a los príncipes de los sacerdotes y los ancianos de los judíos, pidiendo venganza contra él; 18 y estando presentes sus acusadores, ningún cargo produjeron de los que yo sospechaba;