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BIOGRAFÍA. Nació en la ciudad de San Juan el 15 de febrero de 1811, al año siguiente de la Revolución argentina, cuyas agitaciones impresionaron su primera infancia. Fué hijo de José Clemente Sarmiento y de doña Paula Albarracín, ambos sanjuaninos, y de antiguas familias coloniales de Cuyo.

Varias veces habló la gruesa señora en un idioma que llegaba á Ferragut confusamente, y que no era el inglés. Y apenas terminada la comida desaparecieron, lo mismo que en la calle de Pompeya: la mayor imponiendo su voluntad á la otra. Volvieron á encontrarse á la mañana siguiente en la estación de Salerno, dentro de un vagón de primera clase. Iban, sin duda, con el mismo destino.

Pero el rey, cansado de tanta prueba inútil, había hecho clavar debajo del cartelón otro cartel más pequeño, que decía con letras coloradas: «Sepan los hombres por este cartel, que el rey y señor, como buen rey que es, se ha dignado mandar que le corten las orejas debajo del mismo roble al que venga a cortar el árbol o abrir el pozo, y no corte, ni abra; para enseñarle a conocerse a mismo y a ser modesto, que es la primera lección de la sabiduría

Desde la primera palabra que aquel hombre dijo, tomó el semblante del cocinero una expresión espantosa de sorpresa y de rabia, que fué aumentando á medida que el otro pronunciaba su poco cortés, aunque breve razonamiento, y habían ya acabado, y aún duraba el mutismo colérico de Montiño y su temblor horrible.

Los trabajos mentales y las emociones vivas agravan en general el dolor, el reposo le exaspera igualmente ó le hace reaparecer, lo cual es aplicable con particularidad á la hemicránea esencialmente nerviosa, y que se presenta muchas veces al despertar con la menor escitacion esterior ó á la primera emocion.

La pobre Judit que, hasta entonces, había dormido perfectamente, aquella noche no pudo conciliar el sueño. ¡Era la primera vez! A la mañana siguiente, levantose con el rostro pálido, los ojos hinchados... La tía, entretanto, no dejaba de sonreír. Era imposible hablar del desconocido sin que el lindo rostro de Judit se cubriese de súbito rubor... Y la tía continuaba sonriendo.

Temía colarse en él de sopetón, y me preparaba el camino para sus fines, «tomando las cosas desde muy atrás, y como si nos tratáramos entonces, aunque de lejos, por primera vez».

De esta época es mi composición A la Purísima, que leí por primera vez en una sesión celebrada el 8 de Diciembre de 1872, en el altar mayor de Santa María, de Alicante, presidida por el señor obispo de Orihuela, don Pedro María Cubero, la cual poesía despertó un entusiasmo extraordinario.

Le miraba fijamente, con los ojos turbios de lágrimas, sonriendo al mismo tiempo para expresar su gratitud. ¡Qué bueno eres! exclamó después de un largo silencio . El día que estuve por primera vez en Villa-Sirena me convencí de mi gran error. ¡Qué mal nos conocíamos! Ha sido necesaria la desgracia para vernos tales como somos.

Parecía á primera vista una locura haber vendido los opulentos campos de su herencia para adquirir arenales prusianos que sólo producían á fuerza de abonos.