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El fogón de la nave era llamado «la isla de las ollas» por su gran número, pues cada grupo cuidaba de la suya. Y cuando llegaba la hora de la comida, los mismos pajes que acababan de tender para los marineros un mantel en el suelo, con platos de madera, daban a gritos la señal. Tabla, tabla, señor capitán, piloto, maestre y buena compaña. Tabla puesta, vianda presta.

Tengo la seguridad, pues, de que Goethe se hubiera paseado los domingos por Recoletos. Yo creo que ha hecho muy bien en vivir en la corte de Weimar donde tales flaquezas se perdonaban fácilmente. Y para terminar con el paseo de Recoletos. Ahora en la estación primaveral queda cubierto por una bóveda de follaje que le presta frescura y belleza.

El jugo del gogo levanta en la batea donde se prepara, una blanca é hirviente espuma; su uso es muy frecuente y, general en Filipinas, y sin duda alguna que la frescura que presta á la cabeza y la limpieza que origina, son causa, en gran parte, de que sea sumamente raro encontrar calvos en el Archipiélago.

Algunos elegantes palacios embellecen la ciudad; un considerable número de hoteles, servidos regularmente, ofrecen comodidad al viajero. El comercio de la poblacion empujado por el grande sistema de comunicaciones que por tierra y por mar facilitan allí las relaciones, presta bastante vida á todo. Su celebrado víñedo, que tanta riqueza supone, adorna de un modo espléndido la campiña.

Hasta en el modo de preparar los alimentos el gitano se sirve de hoyos cavados en la tierra, procedimiento ingenioso que se presta al misterio y favorece el rápido cocimiento de las sustancias animales y vegetales.

Está muy bien, y es buena coyuntura La que me ofrecen los propicios signos Para invocar de la región oscura Los feroces espiritus malignos: Presta atentos oidos á mis versos.

Me volví y creí ver a mi padre, no como era antes, sino como una forma vaga y sombría, pálido, desfigurado, los ojos hundidos, las pupilas sangrientas y los cabellos en desorden; después se alejó, haciéndose cada vez menos distinto y disminuyendo en la oscuridad, como una luz presta a extinguirse.

Parece que el Altísimo á su brazo poder terrible y misterioso presta, por el hacha enrojecida corre raudal de sangre, que á su paso deja con rastro pavoroso señalado, cual su rastro de horror marca la fiera.

Pero en ese documento hay algo también que se presta al misterio. Se naturaliza español a Colón el menor por haber nacido fuera de España y ser extranjero, pero no se dice una palabra de su nacionalidad primitiva, del lugar de su cuna; no se menciona a Génova para nada... ¿Qué había de raro en el origen de estos Colones, todo lo referente a sus personas tendiese siempre a la confusión?...

Y, sin embargo, mucho más protectoras aún las miradas, las sonrisas y los saludos de su amable esposa e hijas. Era el juicio final. Los dos pimpollos vestían con pintoresca elegancia, y la mamá, a pesar de sus años, no les iba en zaga. Ni feas ni bonitas, pero majestuosas; con esa calma imponente que presta a los seres superiores la conciencia de su gloria.