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¿Hará usted lo que yo le pida? De cabeza. Dios se lo premie. Deseo que averigüe usted, y me diga, dónde está en París una casa de banca española que se llama de Garcitola y Compañía. Vamos, las señas para poder enviar una carta. Pues... se me figura que en ninguna parte. ¿Por qué? Porque mi padre está en relación con casi todas las casas españolas de París, y esa no la he oído nombrar nunca.

El mismo Apolo de su ingenio trate, El le alabe, él le premie y recompense, Que el alabarle yo sería dislate. Al segundo llovido el Uticense Catón no le igualó, ni tiene Febo, Quien tanto por él mire, ni en él piense. Del Contador GASPAR DE BARRIONUEVO Mal podrá el corto flaco ingenio mio Loar el suyo asi como yo debo.

El marqués la contemplaba con mirada incierta, aun dudando todavía, pero la confidencia que acababa de brotar del corazón y de los labios de la vizcondesa tenía tal sello de verdad, que por misma se imponía; así lo comprendió rápidamente el marqués, y tomando con efusión las manos de la de Aymaret, mientras se sentaba delante de ella abrumado y confuso: ¿Es posible?... le dijo . , yo que nunca falta usted a la verdad... ¡Oh! que Dios le premie el bien que me ha hecho usted... ¡Oh! ¡cuan agradecido le estoy!... ¡No me da usted la dicha, ay!... pero al menos me devuelve carácter y honra.

¡Ah, pobre Dorotea! dijo Quevedo ; su hermosura y su amor, á pesar de ser tan peligroso, no ha podido haceros olvidar á la hermosa menina. Quisiera que doña Clara oyese, tiene celos. ¡Celos! Como que ama. ¿Y os ha dado esta carta para ? Mirad á lo que por vos me reduzco. ¡Ah! Dios os premie, don Francisco, la ventura que me dais; pero agonizo de impaciencia. ¿Por leer? Pues leamos.

Ellos son gente buena, y se hacen cargo... Bien se les conoce. Yo le pido al Señor que les premie el buen trato que te dan, y mi mayor alegría hoy sería saber que a D. Romualdo me le hacían obispo. Pues ya suena el run run de que van a proponerle; , señora, obispo de no qué punto, allá en las islas de Filipinas. ¿Tan lejos? No, eso no. Por acá tienen que dejarle para que haga mucho bien.

Me levanté y corrí hacia ella rogándole que nos enseñara el camino que teníamos que seguir; pero la impaciencia de la miseria se sobrepuso a la del miedo, pues en lugar de responderme y casi sin dejarme hablar, me interrumpió para implorar con voz lastimera: » ¡Caballero, señorita, tengan ustedes compasión de y de mi hijo! ¡Una limosna por el amor de Dios, y que El les premie a ustedes su caridad como se merecen!

Si, señor; es un joven de mérito, según me ha dicho Bozmediano, y muy buen liberal. Antes de ocurrir este lance me lo había propuesto para una plaza de oficial en el Consejo de Estado, y lo he concedido. Bien; me gusta que se premie esa clase de servicios. Mañana podré traer á V.M. un parte detallado de lo ocurrido esta noche.

Esta escultura representaba un hombre barbado y vestido de larga túnica con un libro abierto en una mano y un compás en la otra. Era el conocido personaje emblemático que simboliza la Arquitectura; pero nuestro hidalgo quiso que representase á Sócrates y le puso este nombre encima y debajo el siguiente dístico: Aunque la ingrata patria tus afanes no premie Al compás de tus obras siempre atiende.