United States or Trinidad and Tobago ? Vote for the TOP Country of the Week !


Media hora más tarde, el interrogatorio de los testigos había terminado. El mecanismo judicial funcionaba de nuevo regularmente. Las preguntas eran seguidas de respuestas. El adjunto del fiscal tomaba notas. El reportero dibujaba, con aire grave y atareado, cabezas de mujeres. El acusado daba explicaciones detalladas.

3 Y Salomón le declaró todas sus preguntas; ninguna cosa se le escondió al rey, que no le declarase. 4 Y cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón, y la Casa que había edificado,

Y Dios sea con todos. Con cuya decisión debió quedar el pueblo sosegado y usted convencido. ¿Me ha entendido usted, señor Bachiller? Pregúntolo, porque si no me ha entendido ahora, excuso hacer más preguntas, que ya nunca me entenderá.

»No cuánto tiempo habría estado yo allí contemplando a mi sobrina, es decir a mi segunda hija, a no haber sido porque ella algo confusa quizá por mis miradas y queriendo esquivar mis futuras preguntas, me pidió permiso para retirarse a su aposento. » No, hija mía, no le dije; yo soy quien se retira. puedes tomar el fresco sin cuidado. ¡Ojalá pudiera Magdalena hacer lo mismo!

Pensó con cierta inquietud en don Andrés, aquel Mentor que por recomendación de su madre, si se despegaba de él alguna vez, era para seguirle de lejos... Pero, ¡bah!, que le esperasen en el Casino. Tiempo le quedaba en toda la tarde para abismarse en aquel salón lleno de humo, donde todos al verle se abalanzarían a él mareándole con sus preguntas y confidencias.

Ni por las mientes se le pasaba reflexionar sobre su situación. ¿Era aquello pecado? ¿Era aquello amor del que está prohibido a un sacerdote? Ni para bien ni para mal se acordaba don Fermín de tales preguntas. Peor para ellas si se hubiera acordado.

Estas preguntas fueron hechas en tono franco y cariñoso, y Octavio, un poco aturdido, balbució: Prisa, precisamente... no... pero... Pues si no tiene usted prisa, es usted de la partida. Señores, en marcha.

Contó asimismo que, obligado por sus preguntas y argumentos, el herido acabó por confesarle que la estocada se la había dado él mismo. ¿Qué móvil dirá usted que le impulsó? continuó diciendo. Nunca adivinaría usted semejante extravagancia. Y, según veo, cumple usted su recomendación al pie de la letra exclamé sonriendo. Puedo franquearme con usted, sin peligro de que lo cuente.

Por muy desgraciada que su amor me haga, no quiero verme curada de él. Bien, muy bien; respondéis á mis preguntas como un instrumento perfectamente templado á la mano que sabe tocarle. Sigamos hablando, y acabaremos por ser los dos más grandes amigos del mundo. Pero bebed, hija, bebed; vuestro Jerez es un verdadero néctar de los dioses, se conoce que se lo han regalado al duque de Lerma.

Gabriel traducía fielmente la explicación del Vara de plata, recalcándola muchas veces con irónica gravedad, mientras los canónigos que escoltaban la caravana de forasteros alejábanse algunos pasos con aire distraído para evitar preguntas. Un inglés flemático interrumpió un día al intérprete: ¿Y no tienen ustedes ninguna pluma de las alas de san Miguel?