United States or Greenland ? Vote for the TOP Country of the Week !


Lo cual me impacientaba a , como si fuera asunto de mi propia pertenencia, y en más de una ocasión me acometieron serias tentaciones de preguntarla derechamente y sin ambages ni rodeos: «¿se quieren o no se quieren ustedes? ¿Ama usted o no ama a Neluco?». Pero señor, ¿por qué tenía yo tanto empeño en que se amaran?

Con igual frescura y la misma indiferencia, respondió al largo y malicioso interrogatorio con que su padre la estuvo asediando un buen rato. Y ¿qué tal de estilo? llegó a preguntarla . ¿Se ha corregido algo de aquellas melopeas guachinanguitas desde que yo no leo sus cartas?... Porque bien sabes que, de dos años acá lo menos, ya no me las enseñas como me las enseñabas antes... ¡Picarona!

Al preguntarla el padre Ambrosio si quería ser mi esposa, un estremecimiento profundo agitó su mano, la sentí fría y pronunció un apenas articulado.

Y dígame usted ahora, en conciencia de buen amigo y hombre honrado: ¿hago yo bien o mal en estas cosas? ¿En qué cosas? la preguntó Leto algo sorprendido. En venirme sola a correr aventuras de esta especie... Es pregunta que me he hecho a misma muchas veces, y una no más a papá. Y ¿qué le ha respondido a usted su papá? volvió a preguntarla Leto, entrando en más hondas aprensiones.

Me deslicé escaleras abajo, y por fin, entrando en la sala, vi que ardía aún el fuego. Acerqué una silla, lo removí con el pie y me quedé sorprendido de ver a Partenia sentada allí también, con una criatura de demacrado rostro en el regazo. Díjele si no sería indiscreción preguntarla por qué estaba levantada todavía.

»No si por eludir la contestación con una evasiva, tregua ilusoria de un condenado a muerte delante ya del patíbulo, o porque así lo pedía el tumulto de mis ideas, dejando a la pobre niña en las garras de sus dudas mortales, atrevime a preguntarla, aparentando un valor que no tenía: » ¿Quién te ha dicho eso? » Esta carta me respondió, entregándome el papel que traía en la mano.

Así es la verdad... Me las envió por una persona segura. ¿Puedo saber el nombre de esa persona? ¿Para qué?... Eso importa poco... Me importa mucho, al contrario, saber quién ha intervenido en un episodio tan lamentable para . Pues bien, puede usted preguntarla y sabrá que no miento: es Elena Lacante. ¡Elena! No pude contener un grito.

¡Pero hombre, eres peor que un lobo! dijo el apoderado sacando del café a su matador . Esa señora esperaba que fueses a su casa. Ha estado la mar de tardes sin salir, creyendo que ibas a llegar de un momento a otro. Eso no se hace. Después de presentarte y de todo lo ocurrido, la debes una visita: cuestión de preguntarla por su salud.