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Mujeres chillonas taladraban el oído con pregones enfáticos, acosando al público y poniéndole en la alternativa de comprar o morir. Jacinta veía las piezas de tela desenvueltas en ondas a lo largo de todas las paredes, percales azules, rojos y verdes, tendidos de puerta en puerta, y su mareada vista le exageraba las curvas de aquellas rúbricas de trapo.
Pero te pido, encarecidamente, que cuando volvamos a París, no pregones a son de trompeta que soy novia de Huberto, pues no lo soy aún. No seas tonta; si algunas veces digo lo que me pasa por la cabeza, es porque no tiene ninguna importancia. Es precisamente lo que te reprocho, querida mía. Si no atribuyes ninguna importancia a lo que dices, no le sucede lo mismo a los interesados.
No tengo necesidad de decirte que no pregones que vas a espiar a los alemanes. ¡Ah!, ¡ah!, entiendo. Sí, sí; no está mal pensado; yo nunca dejo la carabina, Juan Claudio; pero la guerra es la guerra; aquí tienes la carabina, el cuerno y el cuchillo. ¿Quién quiere prestarme una blusa y un palo? Nickel Bentz le dio su angarina y su sombrero. La gente que les rodeaba contemplábales con admiración.
No seré yo, que me he rescatado dijo el Cojuelo , si no es que me llaman a pregones del infierno por el quebrantamiento de la redoma; pero aquél es un garitero que ha dado esta noche ciento y cincuenta barajas, y se ha endiablado de cólera porque no le han pagado ninguna y se van los actores y los reos con las costas en el cuerpo, tras una pendencia de barato sobre uno que juzgó mal una suerte, y los mete en paz aquella música que dan a cuatro voces en esotra calle unos criados de un señor a una mujer de un sastre que ha jurado que los ha de coser a puñaladas .
En torno de las cocinas al aire libre se agolpaban los clientes, comiendo de pies los macarrones hervidos ó los pedazos de carne. Anunciaban los vendedores sus géneros con pregones melódicos semejantes á romanzan, y de los balcones bajaban á su encuentro cordeles rematados por castillos. Los regateos y compras eran desde el fondo de la calle-zanja á los séptimos pisos.
Huí de Inglaterra para que mis paisanos no me rompieran los oídos con sus chillidos en el Parlamento, con sus pregones del precio del algodón y de la harina, y aquí encontré las mayores delicias, porque no hay fábricas, ni fabricantes panzudos, sino graciosos majos; ni polizontes estirados, sino chusquísimos ladrones y contrabandistas; porque no había boxeadores, sino toreros; porque no hay generales de academia, sino guerrilleros; porque no hay fondas, sino conventos llenos de poesía; y en vez de lores secos y amojamados por la etiqueta, estos nobles que van a las tabernas a emborracharse con las majas; y en vez de filósofos pedantes, frailes pacíficos que no hacen nada; y en vez de amarga cerveza, vino que es fuego y luz, y sobrenatural espíritu...
Aquellas mujeres, vestidas con pesadísimos dobles refajos, y liadas en una especie de manta, parecían montones de lana de vivos colores, de cuyo fondo salían pregones tan agrios y desapacibles como el cacareo ó los graznidos de las propias aves pregonadas.
Fueron los pregones poco obedecido, porque no se hicieron sino solo para satisfacer y cumplir con esta demostracion con Tibaldo, porque Montaner no cobró cosa alguna de las perdidas, ni se le dió otra satisfacion.
Contrariábala mucho tener que decir las cosas a gritos, y temía que se enterasen los criados, la vecindad y hasta el embajador con toda su gente extranjera. ¿Y cómo se podía contar una cosa tan delicada dando berridos, al modo que cantan los serenos las horas, o como los pregones de las calles?
Al ver, pues, las miserables tiendas, las fachadas mezquinas y desconchadas, los letreros innobles, los rótulos de torcidas letras, los faroles de aceite amenazando caerse; al ver también que multitud de niños casi desnudos jugaban en el fango, amasándolo para hacer bolas y otros divertimientos; al oír el estrépito de machacar sartenes, los berridos de pregones ininteligibles, el pisar fatigoso de bestias tirando de carros atascados, y el susurro de los transeúntes, que al dar cada paso lo marcaban con una grosería, creyó por un momento que estaba en la caricatura de una ciudad hecha de cartón podrido.
Palabra del Dia
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