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Al volver Pepita la vista tierra adentro, contemplaba, avanzando sobre la ría, un pedazo de Londres bañado por un sol meridional; todo aquel pueblo de cobertizos fabriles é innumerables chimeneas sobre el que pesaba el poderío de Sánchez Morueta y que esparcía en el espacio sus torbellinos de humo sonrosado por la luz de la tarde. Bilbao estaba invisible.

Marcial había navegado en el Conde de Regla, en el San Joaquín, en el Real Carlos, en el Trinidad, y en otros heroicos y desgraciados barcos que, al parecer derrotados con honra o destruidos con alevosía, sumergieron con sus viejas tablas el poderío naval de España.

Ibitupuá, ó viento levantado, Aqueste indio se llama, es de gran brio, Magnánimo, valiente y esforzado, De muy grande valor y señorio: En grande rectitud tiene su estado Sujeto por su esfuerzo y poderio: En toda la comarca es muy temido, Y muchos favorecen su partido.

Teneos, Romanos, sosegad el brio, Y no os canseis en asaltar el muro, Que aunque fuera mayor el poderio Vuestro, de no vencerme os aseguro. Pero muestrese ya el intento mio, Y si ha sido el amor perfecto y puro Que yo tuve á mi patria tan querida, Asegurelo luego esta caida. Aqui se arroja de la torre, y dice CIPION.

Cuando estas ideas le sobrecogían, para vencerlas y olvidarlas se entregaba con furor al goce de lo presente, del poderío que tenía en la mano; devoraba su presa, la Vetusta levítica, como el león enjaulado los pedazos ruines de carne que el domador le arroja.

Por primera vez, viendo entre la bruma este desfile de dreadnoughts, que evocaban la imagen de un rebaño de monstruos marinos de la prehistoria, se dió cuenta exacta Desnoyers del poderío británico.

Y, en alta voz, mirando compasiva al abstraído paseante, inquirió: Y don Rodrigo, el del Nidal, ¿no tiene poderío para terciar entre usted y la niña y hacerla salir de aquella cueva de lobos?

Se puede asegurar que sin este precioso símbolo de nobleza y poderío, aunque fuese bordado en cañamazo, la vida le parecía un árido desierto de horror y tristeza. Así, pues, ni los triunfos universitarios ni la simpática figura de su primo lograron hacer la más pequeña mella en aquel tierno corazón, inflamado de amor por la aristocracia. Tristán, despechado, la guardó toda su vida oculta ojeriza.

Las estepas de abundante hierba, más fáciles de atravesar que el desierto, no mantienen en cautiverio á las tribus, y los pastores nómadas conduciendo sus rebaños, viajan, según la temporada, de un extremo á otro de la llanura; pero los puntos de reunión son siempre las fuentes, y de la mayor ó menor abundancia del manantial depende el poderío de la tribu.

Las extravagancias religiosas de don Pablo Dupont hacían reír a toda la ciudad; pero eran muchos los que reían con cierto temor, pues dependiendo más o menos directamente del poderío industrial de la casa, necesitaban de su apoyo para los negocios y temían su cólera.