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Si no me contradijese y obedeciese a pura lógica, sería un fenómeno de naturaleza y no me sentiría vivir. Las obras del hombre, y más todavía las de arte, son estimables en la medida que se las siente animadas de esa necesidad de contradicción, que es la vida. Esta calle es hermosa y tiene vida, porque es contradictoria. Déjame que tome un apunte de ella; no me voy sin pintarla.

Para sentirla, basta un buen corazón como el tuyo y el mío; para pintarla con su verdadero colorido, se necesita la fresca imaginación de un poeta y yo no la tengo.

Para sentirla, basta un buen corazón como el tuyo y el mío; para pintarla con su verdadero colorido, se necesita la fresca imaginación de un poeta, y yo no la tengo.

Como Bruto a la silueta de César en la tragedia shakespeariana, digo a la sombra incorpórea del excelente don Amaranto: ¡SpeakSpeak! Y la sombra rompe a hablar, con la propia gracia y penetración que hace tantos años me deleitaban: ¿Vas a describir la Rúa Ruera? ¿Vas a describirla, o vas a pintarla? Advierto dos novedades. Primera, que don Amaranto ahora me trata de .

Con perdón de unos y otros, cuyo grande ingenio no desconozco, sigo creyendo que no es todo sombra en la vida y que para pintarla como es realmente precisa arrojar antes la cólera de nuestro corazón, despojarse de toda inquietud y deseo y contemplarla sin prevenciones.

Ahora bien; convencidos de que todo lo malo es natural y verdad, no nos costará gran trabajo probar que la sociedad es natural, y que el hombre nació por consiguiente social; no pudiendo impugnar a la sociedad, no nos queda otro recurso que pintarla.

Dícese que Napoleón está furioso con su almirante, y que piensa relevarle inmediatamente. Pero, según dicen indicó Marcial , Mr. Corneta quiere pintarla y busca una acción de guerra que haga olvidar sus faltas. Yo me alegro, pues de ese modo se verá quién puede y quién no puede. Lo indudable prosiguió Malespina , es que la escuadra inglesa anda cerca y con intento de bloquear a Cádiz.

Si el lector se contenta con lo que le dicen los otros, y no trata de examinarlo por mismo, logrará tal vez un conocimiento histórico, pero no intuitivo: sabrá lo que son los hombres y las cosas, pero no lo verá: dará razon de la cosa, pero no será capaz de pintarla. Una comparacion aclarará mi pensamiento.

Es costumbre pintarla cada año; así como hoy la ves color de rosa, ha estado pintada de celeste, amarillo, verde, de todo menos de negro, pues hay aquí la creencia, cosas de los indios, que si llegara a pintarse de ese color, ocurriría alguna desgracia.

En el fondo de un arco sepulcral revestido de mármoles negros, arrodillada delante de un reclinatorio, con las manos juntas y la cara vuelta hacia el altar, vieron, en efecto, la imagen de una mujer tan bella, que jamás salió otra igual de manos de un escultor, ni el deseo pudo pintarla en la fantasía más soberanamente hermosa. En verdad que es un ángel, exclamó uno de ellos.