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Es un monstruo, una esfinge incomprensible; muerto es el laboratorio de la vida, inerte es la representación de la constante inquietud. Muchas veces sospechamos si habrá en él escondido algo como una lección; en momentos se figura uno haber descifrado su misterio; en otros, se nos escapa su enseñanza y se pierde en el reflejo de las olas y en el silbido del viento.

PÁEZ. Es un criado De Alara, según dice. NARV. ¡Ah, dura ausencia, Con qué fiero rigor que me has tratado! ¡Oh leyes del honor, cuya inclemencia Quita el gusto del alma procurado! Gozar de Alara pude... mas no pude, Que pierde el bien quien al honor acude. Sale ARDINO, moro. ARDIN. Con un pequeño presente Alara salud te envía Y esta carta.

Sólo vive cuando puede hablar de «su finado». Y si la conversación cambia de tema, pierde todo interés para ella y parece dormirse con los ojos abiertos. Una idea repentina hizo abandonar a Maltrana su tono ligero. Pero ¿se ha fijado usted, Ojeda, en el modo de ser de estos hermanos nuestros?

5 Y decían: No en el día de fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo. 6 Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, 8 Lo cual viendo sus discípulos, se enojaron, diciendo: ¿Por qué se pierde esto? 9 Porque esto se podía vender por gran precio, y darse a los pobres. Pues ha hecho conmigo buena obra.

Y de pronto el maestro se agita nervioso, abre anchos los ojos y grita con angustia: ¡Mi espíritu!... ¡Mi espíritu!... Sus manos se contraen; su mirada se pierde a lo lejos, extática, espantada. Y poco a poco, sosegado de nuevo, su rostro se distiende como en un sueño; la respiración se debilita; algo a modo de una espiración sollozante flota en el ambiente silencioso.

Lo que tiene usted es mucho mimo. Es como los chiquillos. «¡Ya lo creo; soy como los chiquillospensaba el infeliz caballero. Moreno Rubio lo ha dicho y tiene razón: usted tiene en su mano su salud y su vida. Si las pierde es porque quiere. Parece mentira que un hombre de su edad no sepa ponerse a las órdenes de la razón. «¡La razón!

REY. El Conde Merece que yo le tenga Por padre; pero también Es justo que el Conde advierta Que ha de estar a mi justicia Obligado de manera Que no me ha de replicar. CONDE. Pues la piedad, ¿es bajeza? REY. Cuando pierde de su punto La justicia, no se acierta En admitir la piedad: Divinas y humanas letras Dan ejemplos.

¡Las mujeres!... ¡ah, las mujeres! murmuró el jefe francés con sonrisa melancólica, como un magistrado que no pierde de vista las debilidades humanas y ha participado de ellas. Sin embargo, el delito de Ferragut era de importancia.

Pero ésta también es de aprecio, y si uno está solo con ella, sopla el diablo, se empiezan á hacer cosas por entretenerse no más, pierde uno la razón, y no sabe cuándo y cómo terminará. Ahora estamos en tierra enemiga, y no hay que olvidarse de ello ni perder el tiempo... La fiesta me la reservo para mañana.

Y, sobre todo, no jures, que es pecado mortal. Véngate sin juramento; con cachaza y mala intención. Pierde cuidado. No me faltará cachaza. He de disimular más y he de ser más hipocritona que esa indina. Mala intención es lo que no tengo; mi intención siempre será buena.