United States or Saint Lucia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Se quiso ensangrentar la palestra, y se sembró de cadaveres un campo que pudo haberse cubierto de flores. El pueblo no participó de estos desvarios, y se le debe hacer la justicia de decir, que nunca se dejó pervertir por tan deplorables egemplos.

Es inaudito el cúmulo de atrocidades que se necesita amontonar unas sobre otras para pervertir a un pueblo, y nadie sabe los ardides, los estudios, las observaciones y la sagacidad que ha empleado don Juan Manuel Rosas para someter la ciudad a esa influencia mágica que trastorna en seis años la conciencia de lo justo y de lo bueno, que quebranta al fin los corazones más esforzados y los doblega al yugo.

Un ser sobrenatural que naufragó la felicidad humana en el paraíso, y llevó el pecado y la muerte al mundo, está nombrado para el oficio de tentar a los hombres, en todos los tiempos, en todos los lugares, durante la vida; capaz de entrar en la mente de sus víctimas y pervertir su alma, en sociedad y en soledad, en el sueño, aun en la plegaria, capaz de asumir todos los disfraces, aun de aparecer como un ángel de luz.

Beatriz permaneció todo el día en aquella fatal avenida, ya caminando inconscientemente, ya sentándose anonadada sobre el banco... Pero, ¿era realmente ella la que allí se encontraba?... ¿Era ella la causa de todos estos horrores?... ¿Era ella, Beatriz, la que acababa de recibir, y mereciéndolo, ¡ay!, el sangriento ultraje que le dirigiera su marido... y que no había osado negar?... Porque era evidente que durante el combate en que aquél jugaba su vida contra la de otro hombre, no era por su consorte por quien ella temblaba... Era notorio para su conciencia que había cometido el crimen, en un arrebato de pasión, de afirmar la mano temblorosa del marqués, y que, al ver a su marido bajo el imperio de una sentencia de muerte, su primera sensación fue la de una alegría feroz... Ella supo entonces, la desventurada criatura, como otras tantas lo supieron antes, hasta qué grado la pasión puede falsear y pervertir las almas más nobles y más puras, cuando se la deja reinar en absoluto sobre la razón, la voluntad y el honor.

Al principio se difundió tanto la idea de que Juana había llevado su complacencia inmoral hasta ser tercera de su hija, que la llamaban menos para trabajar en las casas principales por el temor de que fuese ella la propia Celestina resucitada y tratara de pervertir a las Melibeas de dichas casas. No obstante, y como ya he dicho, aquella malísima situación se fue poco a poco suavizando.

Su madre, la Condesa viuda, le idolatraba y le había mimado siempre; pero los mimos, lejos de pervertir las buenas naturalezas, las hacen mejores y más dulces; convierten la hiel en almíbar. Para el Condesito era fácil ser bueno. Nada envidiaba. Todo le sonreía. Ya hemos dicho que poseía quince mil duros de renta, que era de buena familia y que gozaba de perfecta salud.

Entre los muchos que se les presentan implorando compasión, llega también el Demonio transformado en mendigo, y entra en el hospital: ha imaginado esta astucia para pervertir al arrepentido Julián, y convencerlo de que jamás expiará su pecado, puesto que sus padres murieron sin hacer penitencia. Para confirmarlo en sus escrúpulos le presenta las almas de ambos, rodeadas de llamas infernales.

18 El hombre falto de entendimiento toca la mano, fiando a otro delante de su amigo. 19 La prevaricación ama el que ama pleito; y el que alza su portada, quebrantamiento busca. 20 El perverso de corazón nunca hallará bien; y el que revuelve con su lengua, caerá en mal. 23 El impío toma dádiva en secreto para pervertir las veredas del derecho.

7 porque no hay otro, sino que hay algunos que os inquietan, y quieren pervertir el Evangelio del Cristo. 9 Como antes hemos dicho, también ahora lo decimos otra vez: Si alguno os anunciare otro Evangelio del que habéis recibido, sea anatema. 11 Mas os hago saber, hermanos, que el Evangelio que ha sido anunciado por , no es según hombre;

Yo diría á las gentes, si os castigase, como debo castigaros, que vos os habéis olvidado de todo; que para corregir vuestros excesos, me he visto obligado á recurrir á este caso, á sorprender á esta mujer, de quien os valéis para pervertir á su alteza el príncipe de Asturias.