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El asunto de aquella noche parecía olvidado. No temía que le persiguiesen, pero estaba resuelto a no volver a su antigua vida. Con una basta, padrino; tenía su mercé razón. Ni esta es manera de ganarse honradamente el pan, ni hay jembra que apechugue con un mozo que por más dinero que traiga a casa puede morir de mala muerte.

El perro rondaba el fúnebre catafalco, estirando el hocico, queriendo lamer las frías manecitas de cera, y prorrumpía en un lamento casi humano, un gemido de desesperación, que ponía nerviosas á las mujeres y hacía que persiguiesen á patadas á la pobre bestia. Al mediodía, Teresa, escapándose casi á viva fuerza del cautiverio en que la guardaban las vecinas, volvió á la barraca.

Sólo las mujeres deben pedir apoyo...» Además, tal vez sufría una alucinación; en realidad, no podía afirmar que le persiguiesen. A los pocos pasos se desvaneció esta duda: que le perseguían. Sus sentidos, aguzados por el peligro, tuvieron la misma percepción del jabalí que presiente la jauría intentando cerrarle el paso.

Subió tan de prisa, sin duda para evitar encuentros importunos, que al llegar al piso segundo le ahogaba la fatiga y se llevó una mano al corazón. Con la otra dió dos golpecitos en una de las puertas. Al instante abrieron silenciosamente: se arrojó dentro con ímpetu, cual si la persiguiesen. Más vale tarde que nunca dijo el joven que había abierto, tornando a cerrar con cuidado.

Un metomentoo er tal hombre, acostumbrao a mover a su gusto alcardes, personas y hasta siviles. Eso que yaman en los papeles un casique. Le envié una razón pidiéndole sien duros pa un apuro, y lo que hizo fue escribir al gobernaor de Seviya, armar un escándalo ayá en Madrí y haser que me persiguiesen más que nunca.

Y abriendo violentamente la puerta una gran bocanada de aire ensordeció sus oídos con el vals de La Gran Duquesa, apagando por completo el dulce silbo del cielo, el piadoso clamor de la misericordia: Ora pro nobis!... Por calles extraviadas y volviendo siempre la cara atrás, cual si le persiguiesen, llegó a casa de la Albornoz muy agitado.

Pasaban las señoritas formando grupos, lo mismo que en las plazas de las pequeñas ciudades alrededor del kiosco de los conciertos; pero les faltaba en este continuo girar el encuentro con los jóvenes, el acompañamiento de un amigo, miradas curiosas y simpáticas que las persiguiesen. Sólo quedaban ellas en la cubierta.

Cuando se estaba practicando esta inicua diligencia, llegó un indio que venia de la provincia de Tinta, y dirigiéndose á D. Jacinto, le dijo, era enviado por el Inca Tupac-Amaru, y que este encargaba mirasen con mucho respeto y veneracion á los templos y sacerdote; que no hiciesen daño alguno á los criollos, y que solo persiguiesen y acabasen á los chapetones.

De este modo no necesitaría que sus amazonas persiguiesen á los insurrectos á flechazos. Ellos mismos iban á matarse, pues los rayos prodigiosos harían estallar entre sus manos las máquinas anticuadas que acababan de adquirir ilegalmente. Pero al dirigir contra los revolucionarios los rayos negros, siempre poderosos, quedó absorto viendo su ineficacia.

Suplicamos á nuestro mui Santo Padre que cerca dello proveyesse con remedio saludable, i su Santidad á nuestra suplicacion nos otorgó i concedió una facultad para que pudiésemos elegir, i eligiésemos dos ó tres personas calificadas en cierta manera que fuesen inquisidores i procediesen por la facultad apostólica contra los tales infieles i malos cristianos, i contra los favorecedores i receptadores de ellos é los persiguiesen é castigasen quanto de derecho de costumbre los pudiesen pungir i castigar.