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El primero, que parecía consumido por el estudio, la riqueza y los vicios, dijo a Juan casi medrosamente, acompañando la frase con ademanes oratorios: Su amor no se alcanza por fuerza... Puedes llegar a lograrlo, pero no así. ¿Cómo ha de amarte si tus caricias son zarpazos? Adquiere instrucción y cultura. Eres libre... Ejercita los derechos que te permiten igualarte a los que somos preferidos.

Usted es mi hija, ¿lo oye usted?, y tendremos ocasión de probárselo. El conde insistió sobre la necesidad del viaje y el doctor hizo coro con él. Además añadió el señor Le Bris , la duquesa no nos sería precisamente útil. Dos enfermos en un mismo carruaje no permiten adelantar mucho. El viaje que es conveniente para usted, sería perjudicial para la señora duquesa.

¡Los asesinos de Madrid! exclamó el Gran Capitán, inflamándose en patriótico ardor . ¿Y cree usted que les tenemos miedo? ¡Santa María de la Cabeza! Ya veo que están fortificando el Retiro, y que no permiten que vuele una mosca alrededor de sus señorías; pero ya hablaremos. Esto es ahora porque estamos sin tropa; pero ¿sabe usted lo que se va a formar en Andalucía? Un ejército. ¿Y en Valencia?

Luego que los muchachos entran en la edad de 4 para 5 años, ya los toma a su cargo la comunidad, la que tiene nombrados dos o más indios con nombre de alcaldes y secretarios de los muchachos; éstos tienen la matrícula de todos ellos, y cuidan de recogerlos todos los días por la mañana temprano, tal vez al alba, los llevan a la puerta de la iglesia a rezar, allí los tienen hasta que se dice la misa, y después los distribuyen a los trabajos u ocupaciones que les están señaladas, y dejando en el pueblo los aprendices de música y de primeras letras, los de los tejedores y demás oficios, conducen los restantes a carpir, o al trabajo que les tienen señalado; a las 2 o a las 3 de la tarde los vuelven a traer y los tienen juntos, hasta que, habiendo rezado el rosario en la iglesia, les permiten que se vuelvan a sus casas.

En conjunto hay de 5 á 8,000 estrellas visibles á simple vista; pero con los telescopios se las cuenta por decenas de millones. Constelaciones.= Las estrellas más brillantes dibujan en la bóveda celeste figuras que permiten reconocerlas cuando se está familiarizado con su forma aparente. De esa manera se las distribuye en grupos llamados constelaciones.

Veía de repente la riqueza como base y resorte de todas las empresas guerreras. Entonces dijo con expresión pensativa , si los extranjeros dejan de atacarnos, no es porque nos tengan miedo... No; si nos permiten vivir tranquilos, es porque esas potencias omnipotentes, con sus ambiciones y celos, guardan cierto equilibrio.

A me agrada también, pero mi mala suerte y mis cortos medios no me permiten jugarlo más que a real cada juego. Y aun así, si se le da a una muy mal, bien puede perder veinte o treinta reales en una noche, como quien no quiere la cosa. Ya se comprende que don Paco aceptó el convite y fue de tertulia a casa de Juana; al principio, de cuando en cuando; al cabo de poco tiempo, todas las noches.

Y ahora, si sus instrucciones se lo permiten, déjeme usted solo. ¡Buenas noches y gratos sueños! exclamó el rufián. La luz desapareció y el ruido de los cerrojos y después los sollozos del Rey. Se creía solo. ¿Quién podía oírle y mofarse de su llanto? No me atreví a hablarle. Podía escapársele una exclamación de sorpresa que nos vendiera.

La forma ó construccion que tiene la ciudad no he podido indagarlo, porque dicen los indios, que nunca les permiten entrar, pero que las mas de las casas son de pared y teja, las que se ven de afuera por su magnitud y grandeza. Ignoro igualmente el comercio interior, y si usan de moneda ó no; pero para el menage y adorno de sus casas, acostumbran plata labrada en abundancia.

La profesión política y la judicial son sin duda las que mejor y con mas rapidez permiten conocer a los hombres; pero hay casos en que el hombre político es presa de alguna de las mismas pasiones que presume poder juzgar en los otros, mientras que el magistrado, indiferente, sereno, extraño a los intereses que ve agitarse en torno suyo, está más que cualquier otro en situación de leer en el libro del corazón.