United States or San Marino ? Vote for the TOP Country of the Week !


Gastaba bigote y perilla, lo cual le daba más aspecto de coronel de caballería que de hombre de toga. Hablaba poco, casi nada, pero era tan exquisita y ceremoniosa su cortesía, que los que platicaban con él siempre quedaban un poco cortados y descontentos de mismos.

Apenas teníamos horizontes, y estos de un color plomizo muy pronunciado; el viento completamente huracanado traía su furia del Nordeste; las mares se precipitaban unas á otras en inmensas trombas, las cuales al romper rebasaban la obra muerta, siendo infructuosas las bombas que no se dejaban de la mano; la impetuosidad de los vientos arrancaba montañas de espuma que en menuda lluvia nos azotaba; cerrando tan angustioso cuadro mares encontradas que hacían retemblar á la pobre María Rosario, que unas veces hundía en el abismo la perilla del bauprés, para luego verla levantarse trabajosamente y rozar con la espuma las batallolas de popa.

Estuvo Torquemada el Peor, los primeros días de su viudez, sin saber lo que le pasaba, dudando que pudiera sobrevivir á su cara mitad. Púsose más amarillo de lo que comunmente estaba, y le salieron algunas canas en el pelo y en la perilla.

También llevaba el aceitunado personaje una perilla de rabo de conejo, y en los cachetes patillas o chuletas cortas, también modeladas por la navaja con un esmero tal que casi venía a confundirse el oficio de rapista con el arte del escultor.

Y venía entonces de perilla una larga imprecacion, una arenga, una declamacion contra la perversion de las buenas costumbres, de ahí la necesidad de erigir un tribunal militar permanente, «la declaracion del estado de sitio dentro del estado de sitio ya declarado, una legislacion especial, represiva, enérgica, porque es de todo punto necesario, ¡es de imperiosa urgencia hacer ver á los malvados y criminales que si el corazon es generoso y paternal para los sumisos y obedientes á la ley, la mano es fuerte, firme, inexorable, severa y dura para los que contra toda razon faltan á ella é insultan las sagradas instituciones de la patria!

Allí viene un cuerpo enjuto, una cara que no deja ver sino un bigote rubio, una perilla y un par de anteojos... Es un hombre que ha hecho soñar a todas las mujeres americanas con unas cuantas cuartetas vibrantes como la queja de Safo... es Rafael Pombo, y Camacho Roldán y Zapata, Manuel A. Caro y Silva, Carrasquilla y Marroquín, Salgar y Trujillo, Esguerra y Escobar... todo cuanto la ciudad encierra de ilustraciones en la política, las letras y las armas.

Torquemada había sido alabardero en su mocedad, y conservando el bigote y perilla, que eran ya entrecanos, tenía un no qué de eclesiástico, debido sin duda a la mansedumbre afectada y dulzona, y a un cierto subir y bajar de párpados con que adulteraba su grosería innata. La cabeza se le inclinaba siempre al lado derecho.

Era un hombre de veintiocho a treinta años, de estatura más que regular, delgado, rostro fino y correcto, sonrosado en los pómulos, bigote retorcido, perilla apuntada y los cabellos negros y partidos por el medio con una raya cuidadosamente trazada. Guardaba semejanza con esos soldaditos de papel con que juegan los niños; esto es, era de un tipo militar afeminado.

Se ocupa largamente de Rafael Pombo, el famoso autor del canto de Edda, que dio la vuelta a América, y que mereció entre la avalancha de contestaciones, una hermosísima de Carlos Guido y Spano, «Pombo según el Sr. Cané es feo, atrozmente feo. Una cabecita pequeña, boca gruesa, bigote y perilla rubia, ojos saltones y miopes, tras unas enormes gafas... Feo, muy feo.

Mientras no hundamos a Barbacana, no se hará nada en Cebre. ¡Corriente! Pues facilítenos usted la manera de hundirlo. Ganas no faltan. Trampeta se quedó un rato pensativo, y con la cuadrada uña del pulgar, quemada del cigarro, se rascó la perilla.