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Es poeta gigante, en quien alabo El verso numeroso, el peregrino Ingenio, si un Gnaton nos pinta, ó un Davo. Este es DON JUAN DE ESPA

17 Y les dijo: ¿Qué pláticas son éstas que tratáis entre vosotros andando, y estáis tristes? 18 Y respondiendo el uno, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿ solo peregrino eres en Jerusalén, y no has sabido las cosas que en ella han acontecido estos días? 21 Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora sobre todo esto, hoy es el tercer día que esto ha acontecido.

Acabaron de cenar, levantaron los manteles, y, en tanto que la ventera, su hija y Maritornes aderezaban el camaranchón de don Quijote de la Mancha, donde habían determinado que aquella noche las mujeres solas en él se recogiesen, don Fernando rogó al cautivo les contase el discurso de su vida, porque no podría ser sino que fuese peregrino y gustoso, según las muestras que había comenzado a dar, viniendo en compañía de Zoraida.

Era la capilla de Santa Ana. Además de la célebre peregrinación de Santa Ana de Auray, hay así numerosos santuarios sembrados a todos los vientos en aquella tierra de fe cándida, reputaciones de campanario muy reducidas hoy gracias a los billetes de ida y vuelta que permiten a cualquier peregrino ir a contemplar al mismo tiempo el Sagrado Corazón y la torre Eiffel, como lo hace constar melancólicamente el delicioso autor de «Colás, Colasse et Colette».

Todo es peregrino y raro, y lleno de accidentes que maravillan y suspenden a quien los oye; y es de tal manera el gusto que hemos recebido en escuchalle, que, aunque nos hallara el día de mañana entretenidos en el mesmo cuento, holgáramos que de nuevo se comenzara.

El marinero se adelanta, y con el farol explora el camino para bajar a la orilla. Es peligroso el paso de aquellas rocas cubiertas de limo, donde los pies resbalaban. En el abrigo se adivina la forma de la barca. Un farol cuelga del palo, y lo demás es una mancha oscura. El marinero da una gran voz. ¡Abelardo! ¿Es el patrón? , señor. ¿Abelardo, el hijo de Peregrino el Rau? , señor.

M. Birch transmitió el rumor de la época de haber ido á poder del Ministro Villeroy los papeles del Peregrino, y de haber sido quemados por consideración á España. Llorente dió noticia de algunos documentos existentes en el Tribunal de la Inquisición con motivo de la demanda que en rehabilitación de su memoria presentaron en 21 de febrero de 1612 los seis hijos de Antonio Pérez.

Socorred, señores, á un pobre peregrino, exclamó el viejo, que perdió la vista de sus ojos después de contemplar con ellos los Santos Lugares y que no prueba bocado desde hace dos días. Pues nadie lo diría al ver lo repleto y lucio que estáis, buen hombre, dijo Simón mirándole atentamente. Con esas ligeras palabras no hacéis más que aumentar mi pena, dijo el ciego.

Yo el peregrino soy que arrodillado Ante el altar modesto de tus lares, Culto rindo á los genios tutelares De la mansion tranquila del placer; Y al contemplarte á bajo su amparo Admiro en la madre cariñosa, Y las virtudes de la casta esposa, Flores que brota el alma de mujer.

Siempre dice: «Yo, que he recibido una educación académica....» Mi padre quería seguir la carrera de autor dramático, y cuando le convencieron de que no había semejante carrera, respondió: «Pues si no autor dramático, zapatero.» ¡Peregrino dilema! No puedo por menos de reírme.... Estas cosas raras e ilaciones sorprendentes, eran las que divertían al conde. Le estoy fastidiando a usted....