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Los bailes son lugares de perdición y debemos desear que no vaya a ellos nadie. Entonces no los habría... De modo que no quiere usted que vaya. Si usted me consulta, tengo el deber de aconsejarle que no vaya me respondió adoptando por primera vez un tono sumiso y monjil que no le cuadraba. Bien, puesto que usted no quiere, no iré; pero en cambio me va usted a decir cómo se llamaba.

Así en el último ejemplo se dice que al hielo seguirá la perdicion de los frutos; pero no que si se pierden los frutos haya hielo; porque no se afirma que los frutos no puedan perderse por otras causas. Poco diré sobre las formas de argumentacion. Los dialécticos las han distribuido en muchas clases, y señalándoles abundantes reglas, todo con mucho ingenio.

No: ya que es sin querer, que á veces Dios permite que una persona buena sea, sin saberlo, causa de la perdición de otra. No le echo á usted la culpa. Pero esta pobre niña tiene quien vele por ella. No caerá otra vez; que gracias á un buen ángel ha salido ya del abismo la pobrecita, y se ha salvado.

Sin embargo, pusieron animosamente manos á la obra de reconocer el inmenso hacinamiento. Trabajaron cuatro días con cuatro noches, y cuando llegaron con los azadones al techo de la primera casa, oyeron cánticos que se respondían unos á otros. Eran las voces de los amigos cuya perdición se consideraba segura.

25 Y confiado en esto, que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para provecho vuestro y gozo de la fe; 26 para que puedan gloriarsen más en Cristo Jesús por mi venida otra vez a vosotros. 28 y en nada intimidados de los que se oponen; que a ellos ciertamente es indicio de perdición, mas a vosotros de salud; y esto de Dios;

Su padre me robó, siendo causante de mi perdición y él, en parte con mi propio dinero, acababa de hundirme y encenagarme... Puede que estos sentimientos no estuvieran enteramente justificados, pero a mi me dominaban con imperio irresistible. Determiné romper con él inmediatamente, y sin explicaciones que era incapaz de comprender.

De esto vino la perdición de la ilusa, pues un pariente de cierta moza á quien habían ganado para sus hechicerías, denunció á la Briguela al tribunal de la Inquisición, quien la puso en sus cárceles en 1693, donde permaneció hasta el 18 de Diciembre del citado 1695 en que salió en santa Ana en público como lo cita Montero de Espinosa en su Colección de autos que llamaban de .

No te metas, Ramón, en lo que no sabes contestaba mi tía furibunda. Vean ustedes, señores: llevar hombres jóvenes a las cámaras sería nuestra perdición. La juventud del día no tiene talentos prácticos; ¿cómo quieren ustedes que los tenga? ¡Le da por la historia y por estudiar el derecho constitucional y la economía política en libros!

12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu Nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición; para que la Escritura se cumpliese. 13 Mas ahora vengo a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en mismos.

El inmenso Señor ha socorrido Con su favor, en muchos inspirando A conocer el yerro y el engaño De su gran perdicion y triste daño.