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Con estos pensamientos, decía para : «¿Para qué son las guerras, Dios mío? ¿Por qué estos hombres no han de ser amigos en todas las ocasiones de la vida como lo son en las de peligro? Esto que veo, ¿no prueba que todos los hombres son hermanos?».

3 Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos, de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, y vuestra lengua habla maldad. 7 Sus pies corren al mal, y se apresuran para derramar sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento son sus caminos.

Adiós. La Reina de las Hadas." ¡Oh, querido Abenzeid! Ni las hojas de las flores cuando rompen su corola, son tan numerosas ni de matices tan vivos y diversos como los pensamientos que abrieron mi pecho a las imaginaciones del amor, cuando acabé de beberme las razones encantadas del billete misterioso.

En todo aquello había mucha más canela de la que se había él figurado, y cabía más de otro tanto si se quería suponer. En aquella cabecita graciosa se reflejaban pensamientos de cierta especie, y en aquel cuerpo saleroso, latidos... ¡y vaya usted a saber! Pero, señor, ¿en dónde había tenido el ojo bueno hasta entonces?

Procedieron después, por decirlo así, paso á paso, y con muchos rodeos, á tratar de los temas que más profundamente les interesaban y más á pecho tenían. Separados tan largo tiempo por el destino y las circunstancias, necesitaban algo ligero, casual, casi indiferente en que ocuparse, antes de comenzar á dar salida á las ideas y pensamientos que realmente llenaban sus almas.

Pero el aire de la noche Mis pensamientos enfria, Y apaga cual lluvia fria De la mente el resplandor: Que así el vapor de la tierra Se desprende en forma leve, Y luego en forma de nieve Debilita su calor. Como una estrella fugaz Que luce en la noche umbría, Brilló un instante María En el valle del dolor: Era una vírgen, tan pura Cual de la tarde la brisa, Cuya mágica sonrisa Reflejo era del amor.

Al encontrarme en la calle miré a las rejas y las vi cerradas. Atormentado por el recuerdo de lo que había visto y oído, revolviendo en mi cabeza pensamientos de venganza, proyectos de barbarie, y no qué ideas impías y locas, dije para : Ya no me queda duda. Mataré a ese maldito inglés.

Al ver los heridos y al tener noticia por las breves palabras de algún soldado del incidente de don César, los curiosos ciudadanos se creyeron en el caso de indignarse, y contentándose al principio con manifestarse unos a otros sus pensamientos hostiles, concluyeron por vomitar furiosas injurias contra los presos, apostrofándoles en voz alta, como si todos hubieran recibido de ellos algún agravio.

Quizás crea que hemos caído en manos de los papúes, y hasta nos tenga por muertos. Sabe que estamos armados y que sabemos defendernos. Confiemos en Dios. El piloto, aunque aquejado por tristes pensamientos, cortó aquella penosa conversación, encendiendo fuego y poniendo a asar sobre las brasas algunas chuletas del babirussa.

No obstante las diferencias de edad, temían entrambas familias pudiera traer aquella simpatía consecuencias que no entraban en sus cálculos. Creíase, no sin razón, que el aire de los Alpes desvanecería aquella fantástica imaginación. Veamos el manuscrito. Aquellos pensamientos prudentísimos casi no existen en él: su imaginación se ocupa exclusivamente en buscar el bien para su hijo.