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Habituado a recibir ayudas pecuniarias sin ocuparse directamente del manejo de sus intereses, Ojeda se creyó rico, muy rico, viéndose propietario de una casa en Madrid y muchas tierras en Andalucía. Su hermana estaba casada con un ingeniero, hombre formal, que había hecho su fortuna en la América del Sur, ayudado por algunos parientes.

Bueno es decir, para que lo sepan los historiadores, que con las módicas ventajas pecuniarias adquiridas por aquel medio honestísimo habían renovado las señoras parte del mueblaje, aunque todas las piezas de antaño se conservaban, sostenidas por los remiendos y pulidas por el tiempo y el aseo. ¡Cosa admirable! el reló 2 había vuelto a andar; mas por malicia del relojero o por un misterio mecánico imposible de penetrar, andaba para atrás, y así después de las doce daba las once, luego las diez y así sucesivamente.

Mientras hablaba Isidro de la mujer y los hijos de su amigo, andaluces trasplantados a Hamburgo, y de las escaseces pecuniarias de éste, que le obligaban a buscar entre los pasajeros ricos uno que quisiera entretener los ocios de la travesía estudiando idiomas, don Carmelo gritó con el acento de su tierra: ¡Too Dios con er papé en la mano!, ¡que se vea bien!

Y para esto sería conveniente que el excelentísimo señor virrey se sirviese mandar por bando, en los parajes en que puede haber indios Tapes, que todos se restituyesen a sus pueblos, imponiendo penas pecuniarias a los ocultadores y corporales a los indios, o a los que no tengan con qué satisfacer las pecuniarias.

La Bringas pasábales mentalmente revista de inspección, examinando las condiciones pecuniarias de cada uno. «Este pensaba , es más pobre que nosotros; todo facha, todo apariencia, y debajo de tanto oropel un triste sueldo de veinte mil reales.

¿No soy feliz así? pensaba. ¡Casarme, para llevar una existencia agradable, exenta de preocupaciones pecuniarias, pase! Pero ir a encerrarme en un pequeño departamento, ser mal servido por un personal reducido ¿cómo resignarme, a menos de estar loco? Y, como Huberto era razonable, se absorbió en meditaciones para encontrar el medio de esquivarse.

El maestro parecía melancólico, como si le pesasen lo mismo que un remordimiento las comodidades que le proporcionaba el príncipe y sus larguezas pecuniarias. Tenía ocupaciones más urgentes que navegar á capricho en un buque de lujo. Y desapareció para volver á Rusia, como si la horca tirase de él, como si deseara, en caso de mejor suerte, dar por segunda vez la vuelta á la tierra.

Probablemente consideraría muy natural renunciar a las ventajas pecuniarias que ella podía haberle proporcionado. Por otra parte, no había dejado de observar un cierto despego en su novio, pero esta impresión no era una certidumbre.

Sonrió el profesor al acordarse de sus preocupaciones pecuniarias algunos días antes, cuando intentaba ayudar á la alimentación del gentleman con sus modestos recursos. Como era un guerrero influyente, podía regalar hasta la saciedad á su adorado gigante distrayendo una parte mínima de los grandes depósitos de materias nutritivas requisadas por el gobierno para las necesidades del ejército.

dijo el joven doctor , ésa es la única prescripción racional; una casa de campo a orillas del Arno, una vida tranquila y sin preocupaciones pecuniarias... ¡Pero, ya veis!... Y designó con el dedo los cortinajes destrozados, las sillas de paja y el desnudo pavimento del salón. ¡He aquí su sentencia de muerte! En el mes de enero el último pulmón fue afectado; el sacrificio se consumaba.