United States or Tunisia ? Vote for the TOP Country of the Week !


9 Pero mirad que esta libertad vuestra no sea tropezadero a los que son débiles. 11 Y por tu ciencia se perderá el hermano débil por el cual el Cristo murió. 12 De esta manera, pues, pecando contra los hermanos, e hiriendo su flaca conciencia, contra Cristo pecáis. 2 Si a los otros no soy apóstol, a vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor.

En Italia, tampoco logró la pintura de costumbres gran importancia, porque allí el arte, gracias a la cultura del Papado, adquirió carácter eminentemente monumental: mas a falta y con ventaja de no poder representar escenas humanas y vulgares dispusieron los artistas del campo hermoso e ilimitado de la Mitología, donde no hay belleza que no se contenga, pues en sus admirables fábulas, los dioses pecando por amor se igualan a los hombres, y los hombres llegando a héroes por el esfuerzo, casi se confunden con los dioses.

Al llegar aquí seríamos poco imparciales, pecando de sobrado olvidadizos, si no nos detuviéramos un momento á consagrar un recuerdo á uno de esos infatigables soldados de la fe, á uno de esos seres que hacen abnegación de su vida, consagrándola á la de los demás, secando la lágrima del que arrastra su existencia por el frío arenal de la desgracia, remediando todo mal y proporcionando todo bien; el sér á que nos referimos es el vicario foráneo, al par que director de la instrucción en Marianas, Fray Aniceto Ibáñez.

La desgraciada no confesaba que se mataba; pero el significado de las últimas palabras parecía en ese momento más claro a Ferpierre: «Es preciso que la fe sea muy robusta y busque y halle un modo de afirmarse contra la duda triunfante... »La mayor tristeza consiste en tener que renunciar a la esperanza. »La última esperanza...» «...Al dilema pavoroso: vivir pecando, o...»

Con tal situación, cuando mayores cuidados y atenciones pedía el enfermo, coincidió el enfrascarse doña Manuela en cosas de la iglesia, y ella, antes tan compasiva y solícita, fue, sin darse cuenta, pecando de olvidadiza y negligente, sin mostrar mala voluntad; pero el resultado era el mismo que si la tuviera.

Lo había previsto yo. No crea usted que me coge de nuevo. ¡Casita y todo!... ¡Cuánta infamia! ¿Y no siente usted remordimientos? Cualquier persona que tuviera alma estaría en tal caso llena de tribulación... pero usted tan fresca. Yo lo siento... lo siento... Quisiera que eso no hubiera pasado. Eso, que no hubiera pasado el lance, para continuar pecando a la calladita. Y siga el fandango.

Nadie diría que aquél es el ministro cortesano en cuyos días murió en Rocroy el prestigio de la infantería española, sino un héroe de los que la guiaron en Muhlberg o Nordinga: sin duda el artista pecando de palaciego, pues no se respira en vano la atmósfera viciada, incurrió aquí en la flaqueza de adular al privado: mas el mal efecto que esto causa instantáneamente se disipa al considerar que Olivares fue su protector, y que aquella inocente mentira era la única prueba de gratitud que podía darle.

Los caracteres de los personajes están fielmente copiados de la realidad. Casi todos son verdaderos y consistentes, y, si no moralmente muy bellos, salvo el de la pobre jorobada chucha, agradables y simpáticos, y pecando más por debilidad que por maldad. La heroína Lully nos inspira compasión y cariño.

Julio Solino cuenta una costumbre De aquellos hiperbóreos tan nombrados; Empero estos carecen de la lumbre De : aquestos, dice, que cansados De vivir, y teniendo pesadumbre De ver tardar la muerte, muy untados Con cierta uncion, habiendo bien comido, Pecando así, se dan fin dolorido.

A la fingida visión que así gozaban los ojos, sucedía luego la ilusión de voces y palabras confusamente recordadas: promesas, juramentos, ternezas; todo el interminable repertorio de frases deliciosas que el diablo inspira a los que van a pecar, están pecando o acaban de pecar. Casi de madrugada se acostó con un periódico en la mano, según su costumbre.