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Por lo demás, la música expresa sentimientos divinos, si bien tiene el defecto de expresarlos en tono demasiado alto, al revés de los ángeles que permanecen siempre callados, pues al ascender de la tierra al cielo perdieron, en su purificación absoluta, el uso de la palabra, con la que tanto se peca en la vida. Como te iba diciendo, hizo presa en la influenza al salir del teatro.

¡Dinero! respondió la señorita Margarita; ¡oh! madre mía, no haga usted eso. ¡No mezcle el dinero en la dicha de esa niña! La expresión de este refinado sentimiento que, entre paréntesis, la pobre Cristina es probable no hubiera apreciado del todo, no dejó de asombrarme en boca de la señorita Margarita, que no peca en general de ese puritanismo.

Cuanto deba Huir de la ocasión quien ha pecado, A todos la experiencia ya ha mostrado. Para huir la pena del delito Que Dios al que peca en la otra vida, Conviene al pecador esté contrito, Se culpa en confesion sacra plañida. Mas suele otro castigo: ser inflíto Por temporal justicia la huida, Y salto de la mata es el remedio Mejor, que no meter buenos en medio.

6 Porque Peca, hijo de Remalías mató en Judá en un día ciento veinte mil, todos [hombres] valientes; por cuanto habían dejado al SE

Empresas políticas son estas; pero también los galanes enamorados han solido inventar en ocasiones muy graciosas y gentiles empresas. Veamos si a ti se te ha ocurrido alguna que merezca elogio y que convenga a tus fines. Morsamor contestó: En verdad, se me ha ocurrido una empresa, que me parece bien. Si peca por algo, es por ser sobrado clara.

Montalvo tiene, como todos los americanos, latinos y no latinos, una calidad buena, si bien por su exageración peca á veces de sobrado cándida y aun llega á prestarse á la burla; la manía de imitar á los europeos, superándolos y eclipsándolos.

No peca el autor de prolijo ni sigue la moda de ciertas novelas francesas, donde no hay objeto, por ruin e insignificante que sea, que no se pese, se mida y se describa minuciosamente como en el más que escrupuloso inventario redactado por peritos. El Sr. Nogales no es así, por dicha. Pinta a grandes rasgos, y se lo agradecemos.

El seminarista peca por otro concepto: es real, pero con realidad bestial y grosera, que el autor marca y acentúa con verdadero encarnizamiento y saña. Su tía vale mucho más, y a veces habla una lengua digna de la mismísima madre Celestina.

Con esos veinte pesos, o quince, o diez, o menos, que eso ganará, porque usted no peca de pródigo, no le alcanzará para comprarse un par de botines. Cuando más para sostener ese lujo de corbatas chillonas con las cuales anda tan majo, rondando la casa de la señorita Fernández.... Le oía yo desde la otra pieza, y sin embargo, me sonrojé.

Si no fuese porque este drama peca en alto grado por la hinchazón gongorina de su estilo, igualaría á la titulada Del Rey abajo, ninguno. El argumento es de interés extraordinario, y su disposición, en su mayor parte, se distingue por su acierto y su arte. Enrique, hijo del rey de Sicilia, criado en casa de Roberto, magnate del reino, concibe viva pasión por Blanca, hija de su bienhechor.