United States or India ? Vote for the TOP Country of the Week !


¿Qué desea? dije respirando agitadamente. Me indicó con un ademán que no podía contestar a mi pregunta. ¿Lo sabe todo? , todo. Abrió una puerta, me hizo entrar impulsándome suavemente y cerró tras . Me hallé en una sala pequeña y lujosamente amueblada. Al principio creí hallarme solo, porque las dos velas encendidas sobre una mesa tenían pantallas y despedían escasa luz.

Ambas luces tenían pantallas verdes, con añadidura de raso del mismo color, al modo de faldones que caían por una sola parte de las dos circunferencias. La claridad se esparcía por la mesa, y el resto de la habitación estaba en penumbra manchada, con verdosa pátina de tapiz viejo.

Mme. de Villeneuve me ha pintado unas elegantes pantallas de chimenea, dibujando en cada una, la vista de diferentes casas o castillos habitados por Mme. de Sevigné; esta buena señora es para la abuela del corazón y del espíritu; Mme. de Villeneuve ha creído que estos recuerdos serían a mis ojos una especie de ilustración de las obras que practico continuamente en cumplimiento del deber que la caridad me impone. ¡Qué buena y dulce es la caridad!

Soy agradecida: se me ha olvidado el comer, de las hambres que paso; pero no tengo malos quereres, Eliseo de mi alma, y lo que a me falta tenlo , y come y bebe, y emborráchate; y ten casa de balcón con mesas de de noche, y camas de hierro con sus colchas rameadas, tan limpias como las del Rey; y ten hijos que lleven boina nueva y alpargata de suela, y niña que gaste toquilla rosa y zapatito de charol los domingos, y ten un buen anafre, y buenos felpudos para delante de las camas, y cocina de co, con papeles nuevos, y una batería que da gloria con tantismas cazoletas; y buenas láminas del Cristo de la Caña y Santa Bárbara bendita, y una cómoda llena de ropa blanca; y pantallas con flores, y hasta máquina de coser que no sirve, pero encima de ella pones la pila de Semanas; ten también muchos amigos y vecinos buenos, y las grandes casas de acá, con señores que por verte inválido te dan barreduras del almacén de azúcar, y papelaos del café de la moca, y de arroz de tres pasadas; ten también metimiento con las señoras de la Conferencia, para que te paguen la casa o la cédula, y den plancha de fino a tu mujer... ten eso y más, y más, Eliseo...

¡El tormento que sufrió el espada en los primeros momentos de la comida!... Intimidábale el lujo grave y señorial de aquel comedor, en el que parecían perdidos la dama y él, sentados frente a frente en mitad de la gran mesa, junto a enormes candelabros de plata con bujías de luz eléctrica y pantallas rosa.

Era una gran pieza larga y antigua, donde ardía un brillante fuego, y las lámparas estaban suavemente sombreadas con pantallas de seda amarilla. De un extremo a otro se veían las hileras de libros con sus lomos grises, los que probablemente hacía medio siglo que no habían sido tocados.

Sobre la consola ardían dos quinqués con sendas pantallas, que no les permitían alumbrar más que el suelo, dejando envuelto en media luz y muy tenue el resto de la habitación. Al poco rato de estar allí sentí el taconeo de unos pasos, y doña Tula y don Oscar llegaron al mismo tiempo a la puerta.

Los racimos de bombillas eléctricas, al iluminarlos con un resplandor absurdo, hacían pensar en el sol ardiente y el mar azul que existían al otro lado de los muros de oro y jaspe. Sobre las mesas, el alumbrado era de petróleo: dos enormes pantallas abrigando cada una cuatro quinqués que pendían de unas cadenas de bronce de varios metros fijas en el techo.

De esta facilidad con que puede leerse un artículo en blanco se deduce un principio que desgraciadamente ha sido fin para El Siglo; a saber, que se pueden comparar con las cosas escritas en tinta simpática y con esas pantallas elegantes que toman más o menos color según se acercan más o menos a la lumbre; leídos en un gabinete ministerial, naturalmente resguardado de toda intemperie, y en que suele estar alto el termómetro, toman un colorcito subido que ofende la vista; y leídos al aire libre, se revisten de una tinta suave que da gozo a la multitud.

Las paredes, las pintan: los techos, que son de madera, los tallan con mucha labor, como las paredes de afuera: por todos los rincones hay vasos de porcelana, y los grifos de bronce con las alas abiertas, y pantallas de seda bordada, con marcos de bambú.