United States or South Africa ? Vote for the TOP Country of the Week !


La madre se le estaba comiendo a besos. Pepe y Leocadia, llevando cada uno un saco, entraron en el comedor: detrás venían Tirso y su madre. En vano pretendió el pobre viejo levantarse: pudo incorporarse apoyando fuertemente las palmas en los brazos del sillón; mas, al intentar sostenerse sobre las piernas, tuvo que dejarse caer en el asiento.

La señora Angustias tenía que entrarlo a empellones, pues se obstinaba en permanecer a la puerta batiendo palmas y entonando con voz babosa lentas canciones de amor dedicadas a su voluminosa compañera.

Es preciso ir á galope por en medio de los bañados y de los bosques de palmas carondais hasta ponerse en Loreto. Los caballos están de tal manera acostumbrados á estos caminos, que andan por ellos tan seguros como las mulas por las montañas; y es cosa que realmente sorprende verlos salvar con tanta destreza los agujeros que cubren todo aquel terreno.

Muerto Balarán, y sabiendo ya Babur por sus esculcas las apenas creíbles hazañas de Miguel de Zuheros, iba, según anunciaba Tiburcio, a recibirle con palmas y laureles.

Dando de alarma el grito Con eco poderoso, El pueblo generoso La espada desnudó; Y destrozó cadenas, Y derribó coronas, Y en las opuestas zonas Laureles conquistó. Libertad, sube á tu trono De la gloria en el broquel, Agitando nobles palmas, Coronada de laurel.

Bueno, bueno, iremos al bosque exclamó la Nela, batiendo palmas . Pero como no hay prisa, nos sentaremos cuando estemos cansados. Y que no es poco agradable aquel sitio donde está la fuente ¿sabes, Nela?, y donde hay unos troncos muy grandes, que parecen puestos allí para que nos sentemos nosotros, y donde se oyen cantar tantos, tantísimos pájaros, que es aquello la gloria.

Este tono de protección, tan impropio del estado de ambos, chocó extraordinariamente a Salvador; pero su asombro y alarma subieron de punto cuando Navarro, después de tener un rato las palmas de las manos sobre la lumbre, fue hacia su hermano, y poniéndole sobre el rostro una de aquellas manos que quemaban como plancha de hierro, le dijo pausadamente: Deja que acabe esta gran campaña, y luego veremos.

En aquel momento se abría la puerta del patio con estrépito y sonaban dentro carcajadas. El Magistral reconoció la voz de Visita que gritaba: ¡Pues no señor! no son azules.... , señora, azules con listas blancas respondía Paco, batiendo palmas. ¿A que no? ¿a que no?

Hallaron en él, no mesón en que albergarse, sino todas las casas del lugar con agradable hospicio los convidaban; viendo lo cual, Antonio dijo: Yo no quién dice mal desta gente, que todos me parecen unos santos. Con palmas dijo Periandro recibieron al Señor en Jerusalén los mismos que de allí a pocos días le pusieron en una cruz.

Los sudores fétidos de los piés y el oleaginoso de las palmas de las manos son del dominio de calcarea, del mismo modo que las orinas sedimentosas que se descomponen fácilmente, y la ozena, considerada como vicio de secrecion.