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Los productos de aguja de las isleñas canarias mezclábanse con la pacotilla chillona venida de Asia. Vendedores andaluces o indostánicos gesticulaban entre los grupos de pasajeros, alabando sus mercaderías con sonora hipérbole española o con un balbuceo mezcla de todas las lenguas.

Y para hacer su pacotilla repuso el incorregible filósofo. Por eso os bendecimos, padre mío gritaron los otros contrabandistas a fin de ahogar aquella impertinente interrupción.

Luego sonrió con incredulidad. quieres engañarme. Piensas que esta mentira podrá contribuir a curar mi anemia. ¡Todo lo contrario! Si tu matrimonio de pacotilla fuera cierto, eso no haría sino empeorarme. Precisamente te llamé para impedir que te comprometieras con Muñoz. Fue inútil que Adriana insistiera en convencerla. Laura, cada vez más incrédula, seguía burlándose.

A la izquierda una puerta, entreabierta: el despacho del señor ministro; a la derecha, un salón, con muebles de pacotilla, y cortinas de damasco, y luego la fila de piezas estrechas, en que se amontonaban los empleados.

Aquella noche, por ejemplo, el doctor don Bonifacio de las Vueltas, amigo personal del doctor Montifiori, bella fortuna, bella posición política, en situación de servir y no de ser servido, había regalado qué yo qué par de estatuas imposibles, imitación bronce de pacotilla, mientras que mi ex-patrón, don Eleazar de la Cueva, un hombre quebrado, en una situación desesperante de fortuna, había arrojado sobre la cabeza y el cuello de la linda novia una cascada de perlas y de diamantes.

En el gabinete próximo a la sala estaba casi constantemente la heroína de esta historia. A la izquierda de la chimenea tenía su armario de luna, mueble chapeado y de gran apariencia en los primeros días de uso, pero que pronto empezó a perder su brillo y a desvencijarse, manifestando su origen, como nacido en talleres de pacotilla y vendido en un bazar por poco dinero.

Yo recuerdo, a propósito de la ternura alemana, una Nochebuena que pasé en Berlín. La patrona de mi casa de huéspedes había comprado un pino, que los inquilinos se encargaron de adornar con ampollas de cristal coloreado, con algodón hidrófilo, con cintas de plata y oro, con bombillas eléctricas, con lentejuelas y con toda esa pacotilla sentimental a que había allí tanta afición.

Le mostraba la lista del comité organizador de las fiestas ecuatoriales, constituido una hora antes bajo las indicaciones del mayordomo. Una ocasión para éste de vender a buen precio, en clase de premios, todos los objetos de pacotilla adquiridos previsoramente en Hamburgo. Fíjese, che, en los presidentes de honor. ¡Qué abundancia!

En su lugar de usted daría algún paso cerca del señor cura para obtener que Santa Catalina, que es una solterona de pacotilla, sea puesta en la puerta de la corporación y que San Pablo sea nombrado patrono en su lugar. ¡Cuánta razón tiene la señorita y qué bien estaría eso!... Me apresuré a despedir a Celestina e hice reproches a Francisca.

Venderás a los liberales y a los carlistas, harás tu pacotilla y te casarás con la chica de Ohando. Si tenéis un chico, llamadle como yo, Miguel, o José Miguel. Bueno dijo Martín, sin fijarse en lo extravagante de la recomendación. Dile a Arcale siguió diciendo el viejo dónde tengo el tabaco y las setas. Ahora acércate más.