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Los reptiles son raros en Caupolican, y casi nunca hacen daño á los habitantes. Entre tanto, cada año se recogen allí en copiosa cantidad los huevos de tortuga de agua dulce , tan abundantes en las orillas del rio Beni. Hoy en dia pescan los indígenas á flechazos, ó valiéndose de una planta llamada manuno, cuyo jugo difundido en el agua, hace morir inmediatamente los pescados.

La imagen que se presentaba naturalmente á su imaginación era la de la fuente, naciendo á la libertad del fondo tenebroso del suelo y haciendo crecer en seguida sobre sus orillas frondosas las plantas, las flores y la juventud. #El agua del desierto#

La masa líquida no ha tenido todavía tiempo para ensuciarse, derribando las orillas y mezclándose con el barro que el suelo rezuma; acaba da salir del seno de la colina, y lo mismo que corría por un cauce tenebroso, salta ahora transparente de luz y de alegría.

Lo repito: feliz Colombia si consiguiera levantar su capital en las orillas del mar, el eterno vehículo de la civilización, en vez de mantenerla perdida en la región de las nubes, sin contacto con el mundo y sin acción directa sobre su progreso colectivo.

26 Una campanilla y una granada, una campanilla y una granada alrededor, en las orillas del manto, para ministrar; como el SE

"Todo el terreno que se descubre desde la citada loma, es arenoso y estéril, tanto por el norte como por el este; y el indio Matias me aseguró que cuanto mas arriba, tanto mas desnudo era el terreno, habiendo solo alguna arboleda mas en las orillas del rio.

Desde una hora antes, la calle de Alcalá era a modo de un río de carruajes entre dos orillas de apretados peatones que marchaban hacia el exterior de la ciudad. Todos los vehículos, antiguos y modernos, figuraban en esa emigración pasajera, revuelta y ruidosa: desde la antigua diligencia, salida a luz como un anacronismo, hasta el automóvil.

El gran maestre de Malta estrechaba la mano del terrible Dragut al verle cautivo. El hombre mediterráneo, fijo en las orillas que le vieron nacer, aceptaba todos los cambios de la Historia, como los moluscos aguantan las tempestades adheridos al peñasco. Para él, lo único importante era no perder de vista su mar azul.

¿Canoas? preguntó levantándose. O cocodrilos respondió el piloto. ¿Los hay aquí? En todos los ríos. ¿Querrán acometernos? Por fortuna, estamos en la chalupa. Pero encallados en medio de un banco, señor Cornelio, y en la absoluta imposibilidad de huir hacia las orillas. Si llegan aquí, no les será difícil entrar en la chalupa y aun destrozarla con sus formidables coletazos. Despertemos a mi tío.

Sus orillas guarnecidas primeramente, empezando desde Trinidad, de vistosos mambúes, se van poblando poco á poco de árboles variados, que en cierto modo desaparecen á la quinta jornada cerca de la confluencia del Huacari.